SAO PAULO (AP) — Luiz Felipe Scolari casi seguramente afrontará la última final de su carrera de 40 años como técnico cuando comande al Athletico Paranaense contra Flamengo en el duelo decisivo por la Copa Libertadores.
Será la tercera final entre brasileños en el torneo de clubes más importante Sudamérica.
El partido en Guayaquil marcará un hito para el técnico de 73 años, conocido como “Felipao”.
“Esta carrera llega a su fin sin dudas”, dijo Scolari a The Associated Press en una entrevista en Sao Paulo a inicios de mes. “Si ganamos la Copa Libertadores, será el pináculo de una carrera por la que he trabajado mucho. Nunca esperé tanto, ganar todo lo que he ganado”.
La carrera de Scolari alcanzó la cúspide cuando llevó a Brasil a su último cetro de la Copa del Mundo, en la cita de Corea-Japón 2002. Pero también un punto bajo cuando Alemania humilló 7-1 a la Verdeamerela en la edición de 2014 en Brasil.
Scolari también condujo a Portugal a la final de la Eurocopa de 2004, cuando perdió con Grecia.
Ha ganado dos títulos de la Copa Libertadores como técnico. Ésta será su cuarta final. Su equipo de la ciudad de Curitiba busca su primer título de la competencia, en su segunda final. Flamengo, campeón en 1981 y 2019, perdió en la final del año pasado con Palmeiras.
Después de la humillación de Brasil en Belo Horizonte, Scolari - cuya carrera incluyó una turbulenta etapa con Chelsea en la Liga Premier inglesa — regresó a Brasil para dirigir a Gremio, el club de sus amores, y ganó varios cetros en China con el Guangzhou Evergrande.
Ahora sin su famoso bigote, Scolari se convirtió en director deportivo del Athletico el 4 de mayo. Pero una serie de malos resultados precipitó que tomase la conducción del equipo por el resto de la temporada.
“Aún pienso como técnico, no como director deportivo. Pero pienso que terminaré este año aquí y ayudaré a nombrar otro para que se haga cargo el año próximo”, dijo Scolari.
Con Scolari en el banquillo, Athletico eliminó de la Libertadores a dos gigantes sudamericanos: el argentino Estudiantes de la Plata y el campeón defensor Palmeiras.
“El poder que tienen Flamengo, Palmeiras, es mucho mayor que el nuestro. Nuestra nómina es más pequeña que las de unos 12 clubes en el fútbol brasileño”, añadió.
Athletico tiene como figuras a Vitor Roque, prometedor atacante de 17 años, y al mediocampista uruguayo David Terans.
Scolari está pendiente de la Copa del Mundo que arranca el 20 de noviembre en Qatar. Piensa que una nueva camada de jugadores brasileños es tan buena que puede dominar el torneo por las próximas tres ediciones.
“(Los jugadores de Brasil) tienen esta Copa del Mundo, probablemente la de 2026, y muchos de ellos estarán aún para la de 2030”, dijo Scolari cuando se le preguntó sobre los delanteros Vinicius Jr, Raphinha y Antony, que han inyectado nuevos bríos a la selección jugando junto a Neymar y otros veteranos en clubes europeos.
“Esos muchachos que comienzan ahora pudieran darnos el resultado que queremos. Pero no podemos ponerles demasiada presión. En los próximos cuatro años probablemente serán aún mejores”, dijo.
Espera también una buena actuación de Portugal, que Scolari llama “mi segundo país ahora”.
A la pregunta sobre los mejores y peores momentos de su carrera, Scolari dijo que no podía escoger.
“El más feliz, no el mejor, fue al comienzo. No tenía el sueño de llegar tan lejos y gané el campeonato estatal de Río Grande do Sul con Gremio”, dice. “No hubo un momento peor. Hay etapas en las que las cosas no salen, como en el 2014, y tienes que trabajar para levantar cabeza. Me fui de acá, a China, y de 11 torneos en los que jugamos ganamos siete. Créeme, no existe una derrota especial”.
Scolari dice que quiere seguir trabajando con Athletico como director deportivo, pero que esta listo para retirarse si no resulta y regresar a Porto Alegre para convertirse en hincha de Gremio a tiempo completo.
Pase lo que pase, la vida es buena ahora para el veterano estratega.
“Tengo buena salud, tengo tres nietos en Portugal, una nieta a punto de nacer en Brasil. Tengo amigos en todo el mundo. Nunca pensé que eso sería posible”, dijo Scolari con lágrimas en los ojos.
Scolari, por supuesto, es un enamorado del fútbol.
“El fútbol me sigue conmoviendo”, dijo. “Pero lo voy a vivir con menos intensidad”.