WASHINGTON (AP) — Steve Bannon, un viejo aliado del expresidente Donald Trump, fue condenado el viernes a cuatro meses de prisión tras ser declarado culpable de desacatar una orden de comparecer ante la comisión de la Cámara de Representantes que investiga el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio.
El juez federal Carl Nichols le permitió a Bannon continuar en libertad mientras apela y le impuso una multa de 6.500 dólares como parte de la sentencia. En julio, una corte federal declaró a Bannon culpable de dos desacatos al Congreso: por negarse a prestar declaración y por negarse a entregar documentos.
Al pronunciar la sentencia, Nichols recordó que la ley establece claramente que el desacato al Congreso se castiga con una pena mínima obligatoria de un mes de cárcel. La fiscalía había pedido una pena de seis meses, en tanto la defensa había argumentado a favor de un periodo de libertad condicional.
“En mi opinión, el señor Bannon no ha asumido la responsabilidad de sus actos”, dijo Nichols antes de imponer la sentencia. “Hay que disuadir a otros de cometer delitos similares”.
La Comisión Selecta quería que Bannon declarara sobre su participación en los intentos de Trump de anular la elección presidencial de 2020. Bannon aún no ha declarado ni entregado los documentos que se le piden.
Los fiscales habían dicho que Bannon, de 68 años, merecía una sentencia más larga por aplicar una “estrategia de mala fe” y porque sus expresiones despectivas en público sobre la comisión demuestran que trata de socavar los esfuerzos para esclarecer el ataque violento y para impedir que vuelva a suceder algo parecido.
Bannon “optó por ocultarse detrás de invocaciones falsas de privilegio ejecutivo y del consejo de sus abogados para burlarse del Congreso”, declaró el fiscal J.P. Cooney.
“Su señoría, el acusado no está por encima de la ley, y es precisamente por eso que este caso es importante”, acotó Cooney. “Debe quedar claro ante el público, ante los ciudadanos, que nadie está por encima de la ley”.
La defensa, a su vez, dijo que Bannon no actuó de mala fe, sino que estaba tratando de evitar entrar en conflicto con las objeciones de privilegio ejecutivo que Trump había argumentado cuando Bannon fue citado inicialmente por el panel el año pasado. El otrora asesor presidencial dijo que quería tener un abogado de Trump en la sala, pero que el comité no lo permitió.
Al imponer la sentencia, el juez hizo notar que Bannon tenía un abogado y que, aunque sus consejos pudieran haber sido “excesivamente agresivos”, él pareció estarlos siguiendo.
Muchos otros exasesores de la Casa Blanca han declarado con solamente sus propios abogados presentes. Bannon había sido despedido de la Casa Blanca en el 2017 y era un ciudadano privado cuando era consultor del entonces presidente antes del asalto.
Antes de que el juez pronunciase su sentencia, el abogado de Bannon, David Schoen, pronunció un intenso alegato en el que criticó al comité y dijo que su defendido simplemente había hecho lo que su abogado le recomendó de acuerdo con las objeciones de privilegio ejecutivo expresadas por Trump.
“Francamente, el señor Bannon no debería disculparse. Ningún estadounidense debería disculparse por la forma en que el señor Bannon procedió en esta causa”, dijo.
Schoen defendió además las declaraciones públicas de Bannon sobre el panel. “Decir la verdad sobre esta comisión o expresar opiniones sobre esta comisión no solamente es aceptable en este país, es una obligación si uno lo considera la verdad”, dijo Schoen.
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El periodista de The Associated Press Nathan Ellgren contribuyó a este despacho.