A un mes del Mundial de Catar, el brasileño Neymar se reencontró este lunes con su pasado al regresar a Barcelona para asistir al comienzo del juicio por las supuestas irregularidades en el polémico fichaje que lo llevó al club catalán hace casi una década.
En esta primera sesión, sin embargo, no se escuchó al atacante del París Saint-Germain. Su momento debe llegar el martes por la mañana, después de que el tribunal aceptara la petición de su defensa para adelantar su declaración, inicialmente prevista, como pronto, este viernes.
Con traje negro, gafas de sol y una sonrisa, Neymar llegó a la Audiencia de Barcelona acompañado de sus padres, también procesados, a las 09H45 locales (07H45 GMT).
El futbolista, que la noche anterior anotó el gol de la victoria del PSG ante el Marsella en la liga francesa, permaneció casi dos horas en la sala, sentado en la primera fila de un concurrido banquillo de acusados que compartió con sus padres, los expresidentes del FC Barcelona Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu o el exdirigente del Santos, Odilio Rodrigues Filho.
A todos los señala DIS, el fondo que poseía parte de sus derechos económicos cuando era una joven promesa, de los delitos de corrupción entre particulares y estafa por haberle ocultado supuestamente el monto real de su traspaso al Barça en 2013.
La defensa de Neymar, que a partir del 20 de noviembre volverá a liderar a la "Seleçao" en el Mundial, no tardó en solicitar que el atacante y sus padres pudieran ausentarse de esta vista dedicada a cuestiones técnicas, ya que habían tenido que viajar "de madrugada" tras el partido.
"El señor Da Silva Santos Junior estaba marcando un gol y yo estaba ya en la cama", admitió el juez José Manuel del Amo, presidente del tribunal.
Poco antes del mediodía, el brasileño abandonó la Audiencia, situada en una céntrica zona de Barcelona, acompañado por su madre.
Para el martes estaba también previsto el testimonio, aunque por videoconferencia, del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, a petición de DIS, pero es probable que el calendario de este juicio convocado hasta el 31 de octubre registre más variaciones.
- Corrupción y estafa -
Neymar está acusado de un delito de corrupción en los negocios por la Fiscalía, que pide para él dos años de cárcel y diez millones de euros (9,7 millones de dólares) de multa.
Rosell, de acuerdo al Ministerio Público, es quien se arriesga al mayor castigo: cinco años de cárcel y 10 millones de euros por corrupción y estafa.
Pese a que el club cifró inicialmente el fichaje de Neymar en 57,1 millones de euros (40 millones para su familia y 17,1 para el Santos), la justicia española estimó que alcanzó al menos los 83 millones.
Para DIS --fondo de inversión deportiva propiedad del grupo brasileño de supermercados Sonda-- el Barça, Neymar y más tarde el Santos se aliaron para ocultar el monto real de la operación a través de otros contratos de los que ellos quedaron fuera.
La compañía, que adquirió en 2009 el 40% de los derechos económicos del futbolista, recibió 6,8 millones de euros de los 17,1 ingresados oficialmente al club brasileño.
- ¿Sin rencor? -
Sintiéndose doblemente perjudicada, tanto por no haber recibido su parte del traspaso real como por el contrato de exclusividad suscrito por Neymar y el Barça --que impidió a otros clubes pujar por el delantero--, DIS solicita ahora que se le restituyan los 35 millones de euros que estima haber perdido.
Como acusación particular, el grupo pide cinco años de prisión para el futbolista, Rosell y Bartomeu, además de multas millonarias.
Los abogados del brasileño, de su lado, niegan cualquier irregularidad y aseguran que España no tiene competencias para tratar este caso.
Este proceso conocido como "Neymar 2" es el último capítulo de la extensa saga judicial derivada del traspaso del delantero al Santos en 2013, que incluyó una multa de 5,5 millones de euros por irregularidades fiscales para el Barça, además de varias demandas cruzadas tras la abrupta marcha del jugador al Paris Saint Germain en 2017.
Finalmente, la entidad y el 10 de la 'Seleçao' llegaron a un acuerdo "de forma amistosa" el año pasado para cerrar todos los procedimientos judiciales pendientes. Las rencillas parecen enterradas, atendiendo a la cordial conversación mantenida por Neymar, su padre, Bartomeu y Rosell antes de iniciarse la vista.
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