INGLEWOOD, California EEUU (AP) — Robbie Anderson salió caminando del vestuario con una chamarra con la leyenda “Lover Boy” en la espalda. Cuando se trata de asuntos entre el wide receiver de los Panthers de Carolina y sus entrenadores, las cosas no parecen ser tan cordiales.
Anderson fue expulsado por el entrenador en jefe interino Steve Wilks durante la segunda mitad de la derrota por 24-10 ante los Rams de Los Ángeles el domingo.
Wilks, quien asumió el cargo tras el despido de Matt Rhule el pasado lunes, no ofreció detalles sobre su decisión.
“Fue por una situación en la banda y es algo sobre lo que discutiremos durante la semana”, indicó Wilks.
Anderson era cercano a Rhule. El wide receiver de siete temporadas en la NFL jugó para Rhule a nivel universitario en Temple y firmó con los Panthers en 2020, cuando Rhule se sumó al cuerpo de entrenadores del equipo.
Durante la primera mitad, Anderson tuvo una discusión con el coach de receptores Joe Dailey. Después se ejercitó en la bicicleta estacionaria en el tercer cuarto antes de sentarse solo en una hielera.
Anderson salió de la cancha al final del tercer cuarto y nuevamente intercambió palabras con Dailey. Esa fue la gota que derramó el vaso para Wilks, quien se interpuso entre los dos y mandó a Anderson a los vestuarios.
El receptor estaba molesto por haber sido sacado de la cancha en jugada de tercera oportunidad y expresó su molestia.
“Es tercera oportunidad, es una jugada clave. No creo que deba estar de acuerdo (con ser sacado)”, afirmó Anderson. “Así que hice un comentario sobre por qué me habían sacado.
“Honestamente, estaba confundido porque nunca me habían pedido que me retirara de un partido. Y saben, estoy molesto por ello. Nadie quien se diga un verdadero competidor estará de acuerdo con eso”.