Buenos Aires, 8 oct. Muestra orgulloso la imagen que da la bienvenida a la pantalla de su teléfono móvil: es una fotografía suya de hace 44 años, cuando superó cualquier expectativa de la infancia y alcanzó la gloria con la selección de Argentina.
El entonces mediocampista Omar Larrosa afrontaba a sus 30 años el que sería único Mundial de su vida, un campeonato que se jugó en casa y en unas condiciones que estremecieron al mundo, ya que en ese momento Argentina se encontraba bajo el yugo del último régimen cívico-militar (1976-1983).
Y el jugador nacido en Lanús (provincia de Buenos Aires) el 18 de noviembre de 1947 pasó de cumplir el sueño del 'pibe' a frustrarse por no obtener el trofeo más mundano y más querido: el balón de la final.
"Me quise quedar con la pelota de la final pero me la agarró el árbitro. Se la llevó él", comentó entre carcajadas Larrosa durante una entrevista con EFE.
A sus 74 años, el exjugador de Boca Juniors, Argentinos Juniors, Huracán e Independiente, del mexicano Pachuca y del guatemalteco Comunicaciones luce un brillo infantil en sus ojos cuando habla de aquel trofeo ganado junto a grandes del fútbol local como Mario Alberto Kempes, Osvaldo Ardiles, Daniel Passarella o Ubaldo Fillol.
"Los recuerdos (son) muy lindos porque uno, cuando es chico, la ilusión más grande que tiene es jugar al fútbol, jugar en un equipo de Primera, después la selección y después jugar un Mundial. Y llegar a tener esa posibilidad, jugar la final y ganarla y darle un beso a la copa fue el recuerdo más grande que me puede haber quedado", declaró.
Pese a que solo disputó dos partidos de aquella cita -incluidos los últimos 25 minutos de tiempo reglamentario y la prórroga de la final, al término de la cual Argentina venció por 2-1 a Países Bajos-, lo que más resalta de aquella Albiceleste dirigida por César Luis Menotti es el "compañerismo" que existía.
"Estuvimos mucho tiempo concentrados, tres meses y medio, y convivimos muchas cosas y eso nos llevó a lograr un juego de equipo, un conjunto y un compañerismo muy grande donde nos apoyábamos todos", recalcó.
Como buen argentino, amante del fútbol y de la selección que defendió once veces entre 1977 y 1978, Larrosa se frota las manos pensando en degustar el Mundial de Qatar 2022, que podría ser, como afirmó el propio jugador esta semana, el último de Lionel Messi.
"Primero tiene que jugar este Mundial y, demostrando lo que está demostrando hoy, la continuidad va a estar asegurada", indicó sobre este posible adiós y su "expectativa" sobre la Albiceleste que dirige Lionel Scaloni, ya que "Argentina está jugando buen fútbol, está muy bien todo el equipo, guiado por un maestro como Leo".
En su opinión, hay varias selecciones con un nivel superior al resto, entre las que destaca, además de a Argentina, a España, Inglaterra, Alemania, Francia y Brasil.
"Mejor enfrentarlas en la final", dijo.
El ganador de varios títulos de clubes en Argentina y Guatemala destacó de esta selección que "la base del éxito" radica en que "se ayuden los jugadores cuando les toca jugar dentro de la cancha".
Además, Larrosa defendió el buen papel del actual cuerpo técnico, liderado por Scaloni y en el que le acompañan los también exfutbolistas Roberto Ayala y Walter Samuel, que, en su opinión, ha conseguido que el equipo esté "trabajando en silencio".
"Se muestra cada partido que juega el nivel que tiene cada uno de los jugadores para el servicio del grupo y del equipo. Eso es lo más importante", subrayó ante la próxima disputa del Mundial, que se jugará del 20 de noviembre al 18 de diciembre y en el que Argentina se medirá en la fase de grupos con Arabia Saudí, México y Polonia.
Larrosa expresó su deseo de que Sudamérica pueda organizar el Mundial 2030 mediante la candidatura conjunta que integran Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile.
"Ojalá se pueda. Los estadios están y la pasión por el fútbol, también", concluyó el hombre que cumplió el sueño del ´pibe' pero que se quedó con las ganas de llevarse a casa el balón del Mundial que le hizo tocar el cielo.
Concepción M. Moreno