La junta de educación que supervisa las escuelas de la ciudad de Uvalde, en Texas, Estados Unidos, suspendió este viernes a una fuerza policial local criticada por su torpe respuesta a un terrible tiroteo que dejó 21 muertos en mayo.
Diecinueve niños y dos maestras fueron asesinados luego de que un adolescente disparara en la escuela primaria Robb, el 24 de mayo, en el peor tiroteo registrado en Estados Unidos en una década. La policía ingresó al establecimiento y mató al agresor.
La policía de Uvalde, una comunidad mayoritariamente latina, ha estado bajo intenso escrutinio desde que fue revelado que más de una docena de oficiales esperaron durante una hora fuera de los salones de clase donde ocurría el tiroteo sin hacer nada, mientras los niños eran baleados, algunos fatalmente.
El viernes, el distrito escolar de Uvalde dijo que suspendía a la pequeña fuerza policial cuya responsabilidad era salvaguardar la seguridad y proteger a un grupo de escuelas públicas.
"Como resultado de estos eventos (...) el distrito ha decidido suspender todas las actividades del Departamento Policial del Distrito Escolar Independiente Consolidado de Uvalde durante un tiempo", dijo un comunicado.
"Los oficiales actualmente empleados ocuparán otros roles en el distrito".
En agosto la junta de educación cesó al jefe policial que supervisó la respuesta al tiroteo.
El distrito dijo que a continuación revisarían la actuación de los oficiales ese día.
"El distrito ha requerido al Departamento de Seguridad Pública de Texas proveer efectivos adicionales para el campus y las actividades extracurriculares. Confiamos en que la seguridad de los estudiantes y los profesionales no estará comprometida durante esta transición", señaló.
Un total de 376 oficiales, entre policías locales, estatales, de élite, de frontera y del departamento del sheriff, actuaron el día de la masacre, detalló en julio un informe hecho por congresistas de Texas.
Pero la situación fue "caótica" debido al "enfoque displicente" de los oficiales ante el tirador, agregó el documento.
Los tiroteos en las escuelas se han convertido en un recordatorio del debate en Estados Unidos sobre las armas.
Una mayoría de votantes es favorable a aumentar los controles de uso y compra de armas de fuego, pero una mayoría de los dirigentes políticos se han mostrado reacios a concretarlo, citando una enmienda constitucional que consagra el derecho al porte de armas.
En junio, el Congreso aprobó la primera normativa importante para el control de armas en casi 30 años, menos de 24 horas después de que el Tribunal Supremo reforzara el derecho constitucional a portar armas.
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