El ministro de Relaciones Exteriores de la República de Irlanda, Simon Coveney, se declaró el viernes más optimista sobre la "voluntad real" del nuevo gobierno británico de solucionar el conflicto sobre las disposiciones especiales aplicadas a Irlanda del Norte tras el Brexit.
"Hay un verdadero esfuerzo por parte de este nuevo equipo del gobierno británico para intentar negociar con Dublín y con Bruselas", dijo Coveney a la radiotelevisión pública irlandesa RTE, señalando "un nuevo viento de optimismo" tras reunirse el jueves con su homólogo británico James Cleverly.
"Pero el tiempo dirá, por supuesto, si los compromisos necesarios para un acuerdo son posibles", añadió.
Las relaciones entre Irlanda y el Reino Unido se han visto empañadas por los desacuerdos sobre el llamado Protocolo de Irlanda del Norte, que establece disposiciones aduaneras específicas para la provincia británica de Irlanda del Norte tras el Brexit.
La ahora primera ministra británica Liz Truss, amenazó hace unos meses, cuando era jefa de la diplomacia, con retirarse unilateralmente del acuerdo, indignando a Dublín y Bruselas.
Sin embargo, esta semana se reanudaron las negociaciones entre los ejecutivos británico e irlandés sobre el protocolo, que mantiene de hecho a Irlanda del Norte dentro del mercado único europeo para evitar reinstaurar una frontera física con la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE.
Coveney insistió en la necesidad de avanzar rápidamente hacia una solución para desbloquear la situación política en Irlanda del Norte.
"Hay una voluntad real de avanzar ahora, debido a los plazos que tenemos en las próximas semanas", dijo el ministro.
En la provincia británica, el partido unionista DUP -fuertemente apegado a la corona británica- considera que el protocolo crea una frontera dentro del Reino Unido y se niega a participar en el ejecutivo regional junto a los republicanos, como estipula el Acuerdo de Paz de 1998 que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto.
Pero si el ejecutivo norirlandés sigue paralizado, el 28 de octubre habrá que convocar unas nuevas legislativas regionales.
Este escenario "dividiría aún más la opinión y haría más difícil cualquier acuerdo", advirtió el jefe de la diplomacia irlandesa.
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