El mundo se enfrenta a una "quinta ola de crisis de la deuda", advirtió este viernes el presidente del Banco Mundial, David Malpass, y pidió más apoyo para los países en dificultades.
La pandemia obligó a muchos países a endeudarse más y, según el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, muchos ya están sobreendeudados o van camino de estarlo, en un contexto de inflación mundial vertiginosa y de aumento de las tasas de interés.
"Estoy preocupado por los niveles de deuda, preocupado por países individuales", dijo Malpass a periodistas.
"Solo en 2022 vencieron alrededor de 44.000 millones de dólares en pagos del servicio de la deuda bilateral y privada" en algunos de los países más pobres, es decir mucho más que la ayuda exterior que los Estados podrían esperar, explicó.
"Estamos en medio de lo que creo que es una quinta ola de crisis de la deuda", sostuvo días antes de que los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de más de 180 países se citen la próxima semana en Washington para las reuniones anuales del FMI y el BM, las primeras presenciales desde 2019.
Malpass pidió una "transparencia radicalmente mayor" de los acreedores y prestamistas sobre los niveles de endeudamiento.
Durante mucho tiempo ha pedido a China, un importante acreedor de las naciones de bajos ingresos, que sea más clara sobre los préstamos y más activa en los esfuerzos para reestructurar la deuda.
La economía mundial lidia con una inflación creciente y tasas de interés en aumento que amenazan con hacer descarrilar incipientes recuperaciones.
Algunos observadores han advertido que las fuertes subidas de las tasas de interés podrían desencadenar una recesión mundial, pero muchos dirigentes opinan que permitir que la alta inflación se afiance sería aún peor.
"Es muy importante, al enfrentar estas crisis financieras en el mundo en desarrollo, que reconozcamos la suma importancia de las economías avanzadas en términos de restaurar el crecimiento y avanzar hacia un entorno de crecimiento más rápido", reflexionó Malpass.
Los países en desarrollo también necesitan más flujos de capital y, aunque el Banco Mundial está ampliando la ayuda, "no es suficiente", afirmó.
Según el BM, hubo cuatro olas de crisis de deuda en la economía mundial desde 1970 y, en general, han provocado crisis financieras en muchas economías emergentes y en desarrollo.
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