PITTSBURGH (AP) — Había algo en Kenny Pickett, incluso en aquellos días. Era algo en la forma en que se comportaba el niño de Jersey Shore, considerado en aquel entonces muy bajito.
Una arrogancia que no se convirtió en exceso de confianza. Un deseo implacable difícil de medir, pero imposible de ignorar.
Tim Salem pudo ver en Pickett, etiquetado como de menor estatura de la normal en la etapa temprana de su carrera en secundaria, lo que otros reclutadores universitarios más avezados no pudieron.
El entrenador de tight ends de la Universidad de Pittsburgh estuvo al tanto del quarterback quien parecía pensar que era linebacker, esperando que los atributos físicos de Pickett alcanzaran a aquellas cosas que no se pueden enseñar.
“Él tenía ‘ese’ factor', ¿saben?", dijo Salem. “Me refiero a que tenía la mentalidad de quarterback, comportamiento de quarterback, la anticipación. Todo aquellas palabras que deseas escuchar, él las tenía”.
Eventualmente, Pickett creció. El escuálido prospecto de 1,72 metros evolucionó para ser un jugador de 1,90 que marca la diferencia, con cabello de luchador y con una motivación especial.
El peso de esa motivación impulsó a Pickett desde el sótano del organigrama deportivo en la universidad de Pitt en enero de 2017, a la primera ronda del draft la primavera pasada, hasta el punto de estar bajo los reflectores de lo que representa ser el quarterback titular de una franquicia emblemática.
Y el trote de Pickett hacia el campo el domingo, cuando los Steelers (1-3) enfrenten a Buffalo (3-1), marca el siguiente capítulo de su extraordinaria jornada, una que pocos anticiparon cuando llegó a Pittsburgh hace poco menos de seis años.
Salem, sin embargo, creyó. También lo hizo el entrenador de línea defensiva de los Panthers, Charlie Partridge, quien siguió notando cómo el chico que lideraba al equipo de práctica en la primavera y el verano de 2017, parecía disfrutar que lo golpearan los titulares.
“Kenny casi lo amaba”; dijo Partridge. “Y entonces era como si se creciera al castigo”.
Eso no ha cambiado, aunque el escenario se ha movido considerablemente del campo de práctica escondido hacia la parte trasera de las instalaciones que comparten los Panthers con los Steelers.
Sí, ese era Pickett discutiendo con el tackle defensivo de los Jets de Nueva York, Quinnen Williams durante su debut el domingo pasado después de lanzar un pase de 18 yardas a Pat Freiermuth a pesar de que Williams de 136 kilos se le arrojó directo al pecho, de forma limpia.
“Crecí jugando a la defensiva”, dijo Pickett el miércoles después de su primer entrenamiento completo como titular. “Aprendí a jugar de ese modo. Fui educado así y es algo que llevo conmigo en mi forma de jugar como quarterback. Mantengo ese aspecto de jugador ofensivo y defensivo".