Colombia y el ELN anuncian la reanudación de diálogos de paz

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CARACAS (AP) — El gobierno colombiano y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional anunciaron el martes que después de la primera semana de noviembre reanudarán los diálogos de paz luego de más de cuatro años de suspensión.

El anuncio fue hecho por Iván Danilo Rueda, Alto Comisionado para la Paz en representación del gobierno colombiano; Eliécer Chamorro, alias “Antonio García”, primer comandante del grupo rebelde, e Israel Ramírez Pineda, el segundo comandante, conocido por el alias de “Pablo Beltrán”.

En declaraciones a la prensa agregaron que la sede de los diálogos será rotativa y que la primera aún está por definirse.

“Pensamos que en esta oportunidad las nuevas circunstancias políticas de Colombia han permitido reiniciar las conversaciones”, aseguró a la prensa alias “Antonio García”.

A su vez agradeció la disposición de países como Chile y España de ser garantes o sedes de las negociaciones, pero señaló que por el momento continuarán con Venezuela, Cuba y Noruega.

El anuncio fue hecho desde Caracas, donde representantes del ELN arribaron en las últimas horas procedentes de Cuba, la antigua sede de las negociaciones, luego de que el gobierno colombiano levantara las órdenes de captura en contra de los insurgentes.

Rueda, como vocero de Colombia, aseguró que el ELN ha mostrado “elementos de profunda confianza” como la liberación de algunos secuestrados desde agosto. También aseguró que hay “evidencia” -sin enseñarla- de la disminución de sus actuaciones violentas en varios territorios donde operan.

Aún no hay acuerdo de cese al fuego bilateral con el ELN, detalló Rueda y explicó que el proceso está en una fase de “construcción de confianza” y de llegar a darse sería acordado luego de instalarse la mesa de negociaciones.

El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, celebró la decisión del ELN y Colombia y los instó a que aprovechen esta oportunidad para poner fin a un conflicto letal.

“Confío en que los colombianos puedan demostrar una vez más que incluso los conflictos más arraigados pueden resolverse mediante el diálogo”, indicó la portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric.

El acto en la capital venezolana se produjo tres semanas después de que Maduro aceptara la oferta del mandatario colombiano Gustavo Petro para ser país garante en los renovados diálogos con el ELN.

La invitación de Petro -el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia- se dio poco después de que se restablecieran las relaciones diplomáticas con el gobierno de Maduro luego de tres años de ruptura.

El ELN nació en 1964 como un proyecto político antiimperialista inspirado en la revolución cubana.

La guerrilla y el gobierno colombiano reinstalarán la mesa de conversaciones con sus respectivas delegaciones, partiendo desde lo avanzado en los diálogos que habían comenzado durante el gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018) en Quito y que luego se trasladaron a Cuba.

En septiembre de 2018 el gobierno de Iván Duque (2018-2022) los suspendió y condicionó su reanudación a que el ELN liberara a los secuestrados que tenía en su poder y frenara los atentados. En enero de 2019 se cerró definitivamente la negociación cuando el ELN atacó una escuela de policía en Bogotá causando la muerte de 22 personas.

Las partes no se sentaron de nuevo en la mesa. Duque pidió a Cuba capturar a los cabecillas del ELN para que respondieran en Colombia por sus crímenes, lo que generó una tensión diplomática. La Habana se negó amparándose en el protocolo en caso de ruptura de la negociación firmado por el propio gobierno colombiano.

Alias “Antonio García” aseguró que reiniciar las conversaciones es “retomar un camino de confianza y de seguridad” y resaltó que los acuerdos que un gobierno o un Estado hace con un movimiento insurgente “deben de respetarse”.

Las partes decidieron retomar la agenda de las negociaciones que acordaron en el pasado y que incluye la participación de la ciudadanía, planes para hacer transformaciones en el país que ayuden, por ejemplo, a superar la pobreza, el reconocimiento de las víctimas y el fin del conflicto, entendido como la transición de la guerrilla a la legalidad.

Frank Pearl, el exjefe de negociaciones del gobierno cuando se iniciaron los diálogos con el ELN en el gobierno de Santos, aseguró a The Associated Press que es un acierto que se retomen los diálogos desde el punto en el que se suspendieron porque “tener la agenda definida ya señala el rumbo de las conversaciones” y hay un foco claro con el ELN.

El senador de izquierda Iván Cepeda, quien acompañó al gobierno en el anuncio de Caracas, aseguró a la AP que una de las primeras tareas en el reinicio del diálogo será desarrollar un “modelo que involucre de una manera protagónica a la sociedad”, en lo que ambas partes coincidieron.

Alias “Antonio García” explicó a la prensa que para ellos la búsqueda de la paz no sólo pasa por la dejación de armas sino por “atacar las causas” que dieron origen al conflicto armado en Colombia, como la desigualdad y las debilidades de la democracia.

La reanudación de los diálogos de paz con el ELN forma parte de un proyecto más grande del gobierno Petro llamado la “paz total” con el que busca firmar acuerdos o tratos de sometimiento a la justicia, a cambio de beneficios, con grupos armados, bandas narcotraficantes y disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que continuaron delinquiendo luego del histórico acuerdo de paz firmado en 2016 con el Estado colombiano.

Pearl, quien también fue parte de la negociación con las FARC, aseguró que ambas guerrillas tienen marcadas diferencias, en su origen, estructura e ideología. Detalló que las FARC tenían un mando piramidal y su poder estaba en el numero de hombres y mujeres en armas, mientras que el ELN son un grupo en el que no todos están armados cuya estrategia es pasar desapercibidos para operar y responden a un Comando Central.

Maduro recibió el martes por la noche al canciller colombiano Álvaro Leyva en el palacio de gobierno, donde conversaron más de dos horas. No dieron declaraciones al final.

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Suárez reportó desde Bucaramanga, Colombia.

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