HUARINA, Bolivia (AP) — Centenares de espectadores asistieron a una cancha de un pueblo en el altiplano de Bolivia para ver a intrépidos aficionados que esquivan a toros bravos, sin lastimar al animal, en el festejo taurino anual en homenaje a la virgen del Rosario.
La festividad en honor a la patrona del pueblo de Huarina, a unos 50 kilómetros al oeste de La Paz, consiste en un torneo de toreo popular con la participación de 16 aficionados repartidos en grupos de cuatro que lidiaron con 70 toros. El evento se organiza cada año y es una mezcla de tradición y creencias para que haya una buena cosecha anual. También es una parodia de la corrida de toros española, pero sin sacrificar los animales
“Nosotros no lastimamos a los toros... aquí más bien los que se animan corren peligro si no saben lidiar con un toro”, explicó el lunes a The Associated Press Wilson Mamani, alcalde de Huarina.
Los toros corren en busca del torero que lo espera con una capa roja mientras otros tres esperan y tratan de distraerlos, luego corren para no ser embestidos. Los premios para el ganador van desde frazadas, bicicletas, hasta balones de gas.
“Nuestro obejetivo es divertir a la población que asiste”, remarcó el alcalde.
El toreo popular está enraizado en fiestas patronales de los pueblos del país andino. El mes pasado en una comunidad quechua, en la región sureña de Chuquisaca, se realizó otro evento con un saldo de un fallecido y 10 heridos.
En Huarina hace cinco años ocurrió algo parecido, por lo que se ha tomado recaudo y pedido que las personas que participan hayan entrenado, según el alcalde.
La fiesta taurina antes se realizaba en la plaza principal de Huarina, sin embargo, en esta versión se lo llevó a una cancha de fútbol con tribunas para que entren todos los fanáticos.
En Bolivia activistas defensores de los derechos de los animales cuestionan este tipo de eventos porque sostienen que, aunque no se lo mata al toro, se lo molesta y se lo hace enojar y que por eso embiste y puede herir o matar a las personas, dicen.