PARÍS (AP) — La guerra en Ucrania y las persistentes secuelas de la pandemia de COVID-19 están lastrando el crecimiento económico global más de lo esperado e impulsando una inflación que permanecerá elevada hasta el próximo año, aseguró la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el lunes.
La organización con sede en París proyecta que el crecimiento mundial será de un modesto 3% este año y que desacelere a 2,2% el próximo, lo que representa una pérdida en la producción global de 2,8 billones de dólares en 2023.
La guerra en Ucrania ha causado un alza en los precios de alimentos y energía a nivel mundial, dado que Rusia es un importante proveedor global de energía y fertilizantes, y que ambas naciones son grandes exportadoras de cereales para personas de todo el mundo que ya enfrentan condiciones de hambruna. En tanto, los confinamientos en China relacionados con el COVID-19 han cerrado grandes porciones de su economía.
“La guerra, el peso de los elevados precios de la energía y los alimentos, así como las políticas de cero COVID de China, significan que el crecimiento será menor y la inflación será más alta y persistente”, señaló el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ante reporteros
La inflación y las perturbaciones en el suministro energético llevaron a la OCDE a proyectar que el crecimiento económico anual se desacelerará a alrededor del 1,5% en Estados Unidos este año y a apenas al 0,5% el próximo. El grupo prevé que la economía crezca 1,25% este año en las 19 naciones que utilizan el euro, con riesgos de declives más profundos en varias economías europeas durante los meses de invierno, y un crecimiento del 0,3% en 2023.
Destacó la posibilidad de escasez energética en Europa después de que Rusia redujo sus suministros de gas natural. La escasez podría causar un aumento en los precios de la energía a nivel mundial y obligar a las empresas a racionar, sumiendo a muchas naciones europeas en una recesión el próximo año, indicó la OCDE.
El crecimiento en China caería a 3,2% este año. Sería la tasa de crecimiento más baja en China desde la década de 1970, con la excepción del 2020, cuando se expandió la pandemia. El grupo proyectó un ligero crecimiento al 4,7% para el próximo año.
Se prevé que la inflación caiga gradualmente a lo largo del próximo año en la mayoría de los países del G20 a medida que los bancos centrales sigan elevando las tasas de interés y se desacelere el crecimiento global. Se proyecta que la inflación general se reduzca del 8,2% de este año al 6,6% en 2023 en las economías del G20, aunque eso sigue estando muy por arriba del objetivo de muchos bancos centrales del 2%.
“Estas desafiantes situaciones económicas requerirán de políticas enérgicas, bien diseñadas y bien coordinadas”, declaró Cormann.
La OCDE hizo un llamado de ayuda a corto plazo para las personas más perjudicadas por el aumento en los precios, más incrementos en las tasas de interés por parte de los bancos centrales, políticas climáticas que mantengan la búsqueda de fuentes alternas de energía y cooperación internacional para fortalecer el suministro de alimentos.