MANILA, Filipinas (AP) — Un tribunal filipino desestimó una petición del gobierno para declarar al Partido Comunista de Filipinas y a su rama guerrillera armada como una organización terrorista, una decisión que las autoridades prometieron apelar pero que fue bien recibida por los activistas que desde hace tiempo se oponen a que se etiquete a los rebeldes como terroristas.
El fallo del juez del tribunal regional de Manila, Marlo Magdoza-Malagar, emitido el miércoles, representa una victoria legal para activistas y críticos del gobierno y un revés para los funcionarios de seguridad, que acusan desde hace tiempo a las organizaciones de izquierda de operar como frentes legales de la guerrilla maoísta.
El tribunal pidió al gobierno que luchara contra la insurgencia comunista, una de las más antiguas de Asia, con “respeto al derecho a la disidencia, al debido proceso y al estado de derecho”. Planteó su preocupación por las “listas negras”, o la vinculación de activistas con los insurgentes, que, según dijo, es una “práctica perjudicial” que pone en peligro a los críticos del gobierno.
“Aunque tanto la rebelión como el terrorismo pueden implicar el uso de la violencia, la violencia en la rebelión se dirige contra el gobierno o cualquier parte del mismo”, dijo el tribunal en el fallo de 135 páginas. “Los rebeldes en una insurrección siempre tienen como objetivo a los agentes del Estado, como el ejército o la policía”.
“El terrorismo, en cambio, se dirige contra la población civil con la intención de causar a ésta un miedo y un pánico extraordinario y generalizado”, señaló el tribunal.
Renato Reyes, miembro de Bayan —una alianza de grupos de izquierda_, dijo que “catalogar a los revolucionarios y a quienes participan en las negociaciones de paz como `terroristas’ es erróneo, contraproducente y socava cualquier posibilidad de un acuerdo político en el conflicto armado”.