Con cascos en los orejas y guantes anti-sudor, algunos campeones de eSports, competiciones de videojuegos, se enfrentan en el popular PUBG, seguidos por espectadores entusiastas delante de una pantalla gigante en Riad, la capital de Arabia Saudita.
El torneo forma parte de Gamers8, uno de los eventos internacionales que permite a la rica monarquía petrolífera del Golfo atraer los focos por sus ambiciones en materia deportiva, también en los eSports, dominio en el que espera rivalizar con potencias como China y Corea del Sur.
- Imparable crecimiento -
"Antes no había ningún apoyo", dice Fayçal Ghafiri, jugador saudí de 22 años, que participa en la competición de PUBG, un juego tipo "batalla real" (el último que sobrevive gana). La dotación global del torneo equivale a unos tres millones de dólares.
"Dios, gracias, es ahora el mejor momento para mí para jugar (en competición) y participar en los torneos", añade, subrayando que lo que era un pasatiempo se ha convertido en su fuente de ingresos.
Como con la Fórmula 1 o el golf, el primer exportardor mundial de petróleo bruto ha dedicado parte de sus ingresos para situarse como un bastión de los deportes electrónicos, organizando grandes conferencias y comprando empresas que tienen competiciones importantes.
La federación nacional de los eSports fue creada en 2017, cuando el nuevo príncipe heredero Mohammed ben Salmane se convirtió en el dirigente de facto, ya que él mismo es un gran aficionado al célebre juego 'Call of Duty'.
Desde entonces el número de equipos de eSports ha pasado de dos a más de 100 en el país.
Numerosos estudios internacionales muestran el creciente peso del mercado saudí en los deportes electrónicos, en un país muy joven en el que la mitad de la población tiene menos de 35 años.
En enero el rico fondo soberano del reino lanzó Savvy Gaming Group, un organismo para desarrollar el sector de los videojuegos, que compró por 1.500 millones de dólares dos grandes actores del sector; ESL, una línea alemana de eSports, y FACEIT, plataforma británica especializada.
Y el príncipe Mohammed lanzó a mediados de septiembre un plan nacional que prevé la creación de unos 39.000 empleos ligados a los eSports desde ahora hasta 2030, y la producción de más de 30 juegos en los estudios del país.
El próximo año Riad recibirá los Global Esports Games, presentados como el evento de referencia en este deporte.
"Lo que es increíble es que el gobierno ha puesto los eSports por delante y en el centro, mientras que muchos países intentan posicionarse", subraya Chester King, presidente de British eSports, la federación británica de los deportes electrónicos.
Según King, las inversiones saudíes en esta disciplina son "las más altas del mundo".
- 'Moralmente más flexible' -
Los eSports se inscriben en la estrategia del reino de diversificar su economía, demasiado dependiente del petróleo, pero también de intentar mejorar su imagen a nivel internacional.
Bajo la presión de jugadores LGBTQ, que protestaron contra la criminalización de la homosexualidad en Arabia Saudita, algunos patrocinios previstos para las ligas internacionales han sido anulados.
"La imagen de Arabia Saudita será siempre un obstáculo para la comunidad de los eSports en Occidente, a pesar de las tentativas por mejorar", constató Jason Delestre, investigador sobre geopolítica de los eSports en la Universidad de Lille.
Pero según Tobias Scholz, experto en eSports de la Universidad de Siegen, en Alemania, el mundo de los videojuegos "siempre ha sido un poco más flexible moralmente".
En este contexto, la federación internacional de eSports se muestra particularmente receptiva con Arabia Saudita, rechazando que su interés por la disciplina sea un intento de "blanquear" su imagen.
"El blanqueamiento tiene como condición primordial partir de algo sucio, la cultura de Arabia Saudita es bella y rica", señaló su presidente Vlad Marinescu.
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