LONDRES (AP) — La primera ministra británica Liz Truss dijo el martes que está dispuesta a tomar “decisiones impopulares” como elevar las bonificaciones para banqueros acaudalados para estimular el crecimiento de la vapuleada economía el país.
El viernes habrá una declaración sobre el presupuesto de emergencia, pero Truss anticipó los recortes de impuestos, que según ella estimularán el crecimiento, aunque benefician a los ricos más que a los pobres.
“Tenemos que tomar decisiones difíciles para enderezar nuestra economía”, dijo Truss. “Tenemos que examinar nuestras tasas de impuestos. Los impuestos corporativos tienen que ser competitivos con los de otros países para poder atraer esas inversiones”.
Truss, que ha sido la primera ministra por apenas dos semanas — un período eclipsado por el fallecimiento de la reina Isabel II — enfrenta presiones inmediatas para cumplir sus promesas de lidiar con la crisis del costo de vida en el Reino Unido y una economía que se encamina a una recesión potencialmente larga.
Ha anunciado ya un límite a las cuentas de energía de los hogares que significa que el costo promedio por calefacción no será mayor de 2.500 libras (2.872 dólares) al año — mucho menos que lo que se había pronosticado. Y dice que los negocios conocerán los detalles de una ayuda similar el viernes.
Pero Truss ha descartado extender el impuesto a las ganancias de las compañías de petróleo y gas decretado bajo el gobierno de su predecesor Boris Johnson.
Los críticos dicen que sus posiciones económicas libremercadistas y de impuestos bajos, inspiradas en Margaret Thatcher y Ronald Reagan, son una respuesta errónea a la crisis.
Truss, que está en Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas, confirmó que la declaración de presupuesto revertirá un alza de impuestos implementada este año para ayudar a financiar el sistema de salud pública y eliminará un plan para elevar los impuestos a las corporaciones.