CARACAS (AP) — El presidente venezolano Nicolás Maduro inauguró el jueves una feria científica que busca asociar a empresarios privados del país sudamericano con sus pares de Irán como parte de un esfuerzo para profundizar sus estrechas relaciones y desafiar las severas sanciones estadounidenses contra ambas naciones.
La Expo Feria Científica, Tecnológica e Industrial —que estará abierta al público entre el 16 y 19 de septiembre— marca una nueva era en la floreciente relación entre los gobiernos de Caracas y Teherán, y sería un paso previo a la creación con la “ayuda y asesoría de Irán” de un parque industrial con la participación de empresarios iraníes en materia comercial, energética, salud, tecnología, ciencias, alimentos, transporte, entre otros sectores, según Maduro. En la Feria participan cerca de 300 empresas venezolanas y 79 iraníes.
Venezuela e Irán mantienen estrechas relaciones desde el pasado gobierno del difunto presidente Hugo Chávez. Caracas ha suscrito más de 300 memorandos de entendimiento y acuerdos de cooperación comercial, industrial, financiera, petrolera y de infraestructura con Teherán, aunque apenas unos pocos se llevaron a la práctica.
Maduro pidió “avanzar en la concreción de acuerdos” y proyectos venidos a menos, como el ensamblaje de tractores iraníes.
La idea de instalar líneas de producción de manufacturas en Venezuela, principalmente gubernamentales, quedaron en su mayoría en el tintero, mientras que el intercambio comercial se redujo paulatinamente debido al cúmulo de sanciones impuestas por Washington a ambos países y la escasa inversión extranjera y nacional en proyectos conjuntos. Los sectores privados iraníes hasta ahora han trabajado principalmente como subcontratistas.
Maduro y el presidente iraní Ebrahim Raisi, quien asumió el mando el 3 de agosto de 2021, se han reunido en cinco ocasiones, la más reciente de ellas en junio. Maduro busca incrementar sus relaciones comerciales con países aliados como Irán, China, Rusia y Turquía para intentar sortear los efectos de las sanciones financieras que Estados Unidos han impuesto a su gobierno y revitalizar su economía.
Las sanciones estadounidenses buscan impedir que el gobierno socialista venezolano pueda realizar transacciones financieras y comerciales en el extranjero, acceder a activos internacionales de Venezuela y negociar con petróleo, oro u otros activos. Washington, además, prohibió a los estadounidenses y sus socios internacionales hacer negocios con Caracas para presionar a Maduro a dejar el poder, argumentando que fue electo en 2018 en unos comicios fraudulentos.
Estados Unidos y otros países han reconocido como líder legítimo al opositor Juan Guaidó.
Irán, en tanto, por años ha ayudado a solventar parte de la escasez de combustibles en Venezuela, que otrora fue uno de los mayores productores de petróleo y sus derivados en el mundo, pero que desde hace más de un lustro experimenta una drástica caída de su producción de crudo y productos refinados, lo que se ha traducido en escasez por el deficiente suministro de combustibles y gas doméstico.
Los críticos del gobierno atribuyen el colapso de la industria petrolera a una mala gestión y la corrupción en la corporación estatal PDVSA, bajo la administración de más de dos décadas de los gobiernos socialistas del fallecido Hugo Chávez y su sucesor Maduro.