Por Corina Pons
MADRID, 15 sep (Reuters) - Los buenos resultados del primer semestre de Inditex, propietaria de Zara, demuestran que su estrategia de subir los precios desde principios de 2022 está dando sus frutos, pero tanto la empresa como otras cadenas minoristas de moda deben tener cuidado de no excederse con nuevos incrementos que puedan ahuyentar a los compradores, según analistas consultados.
Estos expertos creen que la empresa debería considerar aumentos incrementales y específicos para probar la disposición de los clientes a pagar más, en lugar de subidas de precios automáticas y generalizadas.
El mayor grupo minorista de moda del mundo dijo el miércoles que volvería a subir los precios en la segunda mitad del año, después de las subidas de primavera y verano. El grupo registró un aumento de beneficios del 41% en los seis meses anteriores a julio y las ventas han crecido un 25%, superando las expectativas de los inversores.
Las acciones del grupo español subieron un 6% y su éxito a la hora de trasladar a los clientes los costes más elevados ayudó al valor a tener una evolución en bolsa mejor que la de competidores europeos como H&M este año.
Los fabricantes de moda de Europa y Norteamérica siguen sintiendo la presión del aumento de los costes de la energía, la mano de obra, el transporte y las materias primas, por lo que es probable que tengan que subir más los precios. Pero mientras que hace seis meses esa era una reacción casi automática, las empresas deberían adoptar un "enfoque más granular" para 2023, dijo Finn Hansen, director general de la empresa de análisis de mercados PriceBeam.
"Las últimas subidas de precios estuvieron impulsadas principalmente por el aumento de los costes de los insumos, mientras que las próximas subidas de precios seguirán teniendo en cuenta los costes de los insumos, pero también tendrán en cuenta cada vez más la asequibilidad de los consumidores, su disposición a pagar y las respuestas esperadas de los consumidores, por lo que no serán tan automáticas como la última vez", dijo Hansen.
PriceBeam espera que alrededor de dos tercios de los fabricantes suban sus precios en los próximos meses.
RALENTIZACIÓN EN LA DEMANDA
Las ventas de ropa en la mayoría de los mercados europeos aumentaron en la primera mitad del año, ya que los compradores derrocharon en vacaciones y eventos tras el levantamiento de las restricciones del COVID-19. Sin embargo, la demanda se ha ralentizado ligeramente desde agosto, lo que hace pensar que las restricciones en los presupuestos familiares están pasando factura.
Los precios de salida de Zara fueron un 12,2% más altos en julio que hace un año, por encima del aumento del 5,6% de H&M en el mismo periodo, según el estudio de UBS. La firma hace un seguimiento de los precios en las páginas web de Zara en 12 mercados clave.
"Mientras que los primeros aumentos de precios fueron aceptados en la primera mitad del año, (...) esperamos que Inditex y la mayoría de sus competidores registren aumentos de precios de dos dígitos en Europa en el segundo semestre. Es probable que los aumentos de precios acumulados del 15 al 20% en Europa lleven a los consumidores a comprar menos", dijo Credit Suisse en una nota de análisis.
Sus analistas esperan que las ventas globales de ropa en Europa se moderen a partir de noviembre, ya que la inflación sigue presionando la demanda de los consumidores.
Los analistas de Deutsche Bank creen que Inditex debería cambiar los precios de forma incremental para llegar a un aumento del 10% este año y así evitar cualquier reacción negativa de los consumidores.
"La buena noticia es que esto no parece estar afectando a la demanda todavía, a pesar del endurecimiento de las condiciones del mercado en agosto", escribieron.
(Información de Corina Pons; edición de Mark Potter; traducido por Tomás Cobos)