BUENOS AIRES (AP) — La vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner afirmó que está viva “por Dios y la Virgen” el jueves en su primera reaparición pública luego del fallido intento de asesinarla hace dos semanas en la puerta de su domicilio en Buenos Aires.
“Me he vuelto un poquito mística ahora, convengamos me asisten razones para hacerlo”, dijo la exmandataria (2007-2015) durante un encuentro que mantuvo en el Senado con sacerdotes y religiosas de la corriente de opción por los pobres.
Un hombre intentó asesinar a la vicepresidenta el pasado 1 de septiembre apuntándole con una pistola Bersa a la cabeza mientras ella saludada a seguidores apostados en la puerta de su domicilio en el barrio Recoleta de la capital argentina. Si bien gatilló dos veces, las balas no salieron de la recámara a pesar de que las pericias posteriores no detectaron fallas.
“Me pareció que si tenía que agradecer a Dios y la Virgen tenía que hacerlo rodeada por curas por los pobres, curas villeros, hermanas laicas y religiosas”, expresó la dirigente peronista con un rosario de oro colgado en el cuello.
El autor material de intento de magnicidio, Fernando Sabag Montiel; su pareja Brenda Uliarte; una amiga de ésta y otro hombre fueron detenidos por su participación en el ataque.
Poco después de la reaparición pública de Fernández de Kirchner, la jueza federal María Eugenia Capuchetti, a cargo del caso, acusó formalmente a Sabag Montiel y Uliarte como coautores del delito de tentativa de homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y premeditación. La magistrada también ordenó que sigan detenidos.
Sobre los otros dos arrestados —Agustina Díaz y Gabriel Carrizo— todavía se busca determinar qué rol tuvieron en el fallido ataque.
El frustrado atentado contra Fernández de Kirchner, de 69 años, conmovió a la Argentina, que no había vivido un episodio similar desde el retorno de la democracia en 1983. Desde hace más de dos décadas la dirigente peronista es una figura central de la política argentina, donde ha ejercido como legisladora, presidenta durante dos mandatos consecutivos y ahora vicepresidenta.
Durante su reaparición pública, Fernández de Kirchner opinó que “lo más grave no es lo que me pudo haber pasado a mí, para mí lo más grave fue haber roto un acuerdo social que había desde 1983” cuando se recuperó la democracia tras la sangrienta dictadura militar instaurada en 1976.
“Siento que la recuperación de la democracia no fue solamente volver a votar y elegir a las autoridades, entiendo que recuperar la democracia fue recuperar la vida y la racionalidad, que podamos discutir en política... erradicando esa violencia”, reflexionó. “Lo que pasó el otro día fue una ruptura de eso que tenemos que volver a reconstruir urgentemente”.
Los detenidos por el intento de magnicidio compartían una postura crítica hacia las políticas de tinte populista implementadas por el kirchnerismo. Algunos de ellos están vinculados con grupos de ultraderecha muy activos en redes sociales y que llevan adelante protestas callejeras contra el gobierno de Alberto Fernández con mensajes violentos.
La vicepresidenta también reveló que a la mañana siguiente del intento de asesinato, su compatriota el Papa Francisco se comunicó con ella telefónicamente. “Me dijo que los actos de odio y de violencia siempre son precedidos por palabras y por verbos de odio y violencia”, contó. El Vaticano no negó ni confirmó la comunicación.
En un tono más político, Fernández de Kirchner insistió en la convocatoria a la oposición a un diálogo para definir una política económica que le permita al país terminar con la inflación y fortalecer su moneda. Y respecto a su futuro político deslizó que su ambición no es volver a ser presidenta en 2023: "La máxima ambición que tiene un política yo ya la tuve por partida doble. No son las cosas que me seducen o animan”.
Al despedirse de los religiosos, Fernández de Kirchner se despidió con una frase de Francisco: “Recen mucho, pero mucho por mí porque lo necesito”.