CARACAS (AP) — El presidente venezolano Nicolás Maduro le dio el miércoles la bienvenida al nuevo secretario general de la OPEP, Haitham al-Ghais, y destacó el papel de esa organización para enfrentar el comportamiento errático del mercado petrolero como consecuencia de la conflictividad mundial.
“La OPEP tiene que fortalecerse cada vez más... Nosotros tenemos un plan, estrategia”, resaltó el gobernante, agregando que el mundo sin la existencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, de la que Venezuela es miembro fundador, estaría inmerso en el “caos y la locura”.
Al-Ghais —que como ejecutivo de Kuwait Petroleum Corporation asesoró a seis ministros de petróleo kuwaitíes-- fue elegido secretario general en enero y asumió el cargo el 1 de agosto, justo tres semanas después de la muerte de su predecesor, el nigeriano Mohammad Sanusi Barkindo.
Al-Ghais presagió que en los años por venir, Venezuela desempeñará nuevamente un “papel esencial en suministrar al mundo el petróleo que necesita”, resaltando que es el asiento de una de las mayores reservas de hidrocarburos del mundo.
La producción petrolera de Venezuela en la actualidad es marginal, pese a que comienza a mostrar signos de recuperación. Desde hace más de un lustro experimenta una drástica caída de su producción de crudo y productos refinados que se ha traducido en una caída abrupta de sus exportaciones y en escasez doméstica por el deficiente suministro de combustibles y gas.
Los críticos del gobierno atribuyen el colapso de la industria petrolera a una mala gestión y la corrupción en la corporación estatal PDVSA, bajo la administración de los gobiernos socialistas del ahora fallecido presidente Hugo Chávez, y Maduro, su sucesor.
Las sanciones de Estados Unidos destinadas a obligar a Maduro a dejar el poder por considerar que fue reelecto en 2018 en unos comicios fraudulentos también dificultan que el país sudamericano importe insumos para la producción de gasolina.
Esos insumos y derivados del petróleo necesarios para producir los combustibles otrora eran producidos en el país o importados de sus filiales en el extranjero, pero a raíz del colapso de las petroquímicas estatales y la venta de sus activos en el Caribe y Europa, PDVSA se ha visto obligada a importarlos casi en su totalidad en años recientes.
Como consecuencia de las sanciones estadounidenses, Venezuela además pasó a depender en momentos críticos de los envíos de países aliados como Irán, otro adversario de Estados Unidos.