El español Carlos Alcaraz, el número uno más joven de la historia tras su victoria del domingo en el US Open, está todavía al "60% de su potencial", según su entrenador Juan Carlos Ferrero, que recordó el día en el que lo recibió en su academia de tenis.
"Creo que está al 60% de su potencial. Todavía puede mejorar mucho. Él sabe, y yo también, que tenemos que seguir trabajando", afirmó el ex tenista a periodistas tras la final en la que su pupilo venció a Casper Ruud en cuatro sets.
"Tiene que mejorar el saque, el revés, la consistencia, intentar no irse mentalmente en algunos momentos. Son pequeños detalles que uno tiene que mejorar hasta que se retira", relató.
El propio Ferrero había sido el último jugador en asaltar el número uno en el US Open y lo hizo además en 2003, el año en que nació Alcaraz (19 años y cuatro meses).
"Una vez que eres número uno, no se acaba. Tienes que seguir trabajando, seguir jugando a un gran nivel y seguir ganando. Él lo sabe y yo también. Voy a estar muy cerca de él para recordárselo", dijo con una sonrisa.
Ferrero, que viene puliendo de forma personal al diamante desde que tenía 15 años, apuntó que a él no le ha sorprendido la gesta de Alcaraz.
"Carlos ha nacido para jugar este tipo de partidos, estos torneos. Es un gran competidor. Siempre está ahí, siempre lo intenta, nunca se rinde", describió.
"Conozco su nivel. Así que esta primera victoria en un Grand Slam puede sorprender a la gente, pero no a mí. Estaba bastante convencido de que si este título no llegaba este año, lo haría el siguiente", recalcó.
Ferrero también echó la vista atrás al momento en que recibió al adolescente en su academia de Villena (Valencia), a 120 kilómetros de la casa de la familia Alcaraz en El Palmar (Murcia).
"Cuando llegó a la academia tenía 15 años, estaba delgado como un espagueti. Nos dimos cuenta de que tenía brazos muy rápidos, piernas muy rápidas, pero no tenía músculos, ni en la espalda ni en las piernas", describió. "Pero, obviamente, notamos algo especial en él".
"Es un chaval muy sencillo, humilde. Hay que trabajar para que siga siéndolo porque estos cambios tan radicales nunca son fáciles. Pero yo pase por ahi y le puedo aconsejar", apuntó. "Nada más ganar la final su padre me dijo que ahora hay que lograr que tenga los pies en el suelo".
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