La primera ministra de Serbia, Ana Brnabic, viajó este lunes al norte de Kosovo, donde vive una importante minoría serbia, semanas después de alcanzar un acuerdo que permite la libre circulación de ciudadanos en los respectivos territorios.
"Espero sinceramente que las instituciones temporales de Pristina se comprometan de manera sincera con el diálogo para encontrar formas de compromiso necesarios para una normalización a largo plazo de las relaciones entre Belgrado y Pristina", declaró Brnabic en una rueda de prensa en la ciudad de Mitrovica.
"Es algo que necesitamos, no solo para nuestra integración europea sino para nosotros mismos", insistió.
Serbia nunca reconoció la independencia de Kosovo, proclamada en 2008 tras una guerra de una década que dejó 13.000 muertos. Desde entonces, la región ha sido escenario de episodios de violencia recurrentes. Los 120.000 serbios de Kosovo no reconocen al Ejecutivo kosovar y se mantienen fieles a Serbia.
Ambos territorios alcanzaron un acuerdo de libre circulación a finales de agosto, después de que nuevas reglas fronterizas impuestas por los kosovares atizaran las tensiones.
Pero aún no alcanzaron ningún compromiso sobre la exigencia de Pristina de exigir a los serbios de Kosovo el reemplazo de las matrículas serbias de sus vehículos.
Tanto Serbia como Kosovo aspiran a entrar a la UE. Serbia tiene desde 2012 el estatuto de candidato oficial, en tanto que Kosovo es "candidato potencial". Cinco países de la UE se niegan a reconocer la independencia de la exprovincia serbia.
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