(Bloomberg) -- Colombia, el mayor productor del mundo de cocaína, reconsidera actualmente la guerra contra las drogas que ha librado durante décadas con el apoyo militar de Estados Unidos. Minutos después de asumir el mes pasado, el presidente de izquierda, Gustavo Petro, pidió un nuevo enfoque, diciendo en su discurso inaugural que las políticas seguidas por Bogotá y Washington han alimentado la violencia sin lograr reducir el consumo. Cada semana surgen más detalles sobre el cambio de rumbo.
Esto es lo que sabemos hasta ahora:
1. ¿Qué está haciendo diferente el nuevo Gobierno?
Los campesinos que cultivan coca, la mata cuyas hojas son la materia prima para la producción de cocaína, son en su mayoría muy pobres. Petro dice que el Gobierno apuntará a las personas más arriba en la cadena. Su alternativa preferida son los programas de sustitución, mediante los cuales los agricultores reciben incentivos para desarrollar cultivos legales. Pero el presidente advirtió que las autoridades no están dando luz verde a los campesinos para sembrar coca, y seguirán erradicando cultivos a la fuerza en áreas donde no hay acuerdo alguno para hacerlo de manera voluntaria.
2. ¿Colombia va a legalizar la cocaína?
No. Contrariamente a cierta especulación, el ministro de Justicia de Petro, Néstor Osuna, dijo que la cocaína seguirá siendo ilegal en Colombia y que las autoridades seguirán tratando de detener las exportaciones de la droga. También dijo que las autoridades van a atacar a las mafias que exportan el producto refinado final, así como a las personas que les ayudan a lavar las ganancias. En la práctica, si Colombia legalizara la droga de forma unilateral, violaría acuerdos internacionales y provocaría una ruptura con EE.UU. y otros países, según Pedro Arenas, excongresista de una región productora de coca que fundó la ONG Viso Mutop para promover el desarrollo sostenible. Este estatus de paria probablemente perjudicaría la capacidad de la nación para comerciar y acceder al sistema financiero global.
3. ¿Cuál es el involucramiento de EE.UU.?
Durante mucho tiempo, Colombia ha sido el aliado más cercano de Washington en América Latina y ha recibido más de US$10.000 millones en ayuda estadounidense desde que el presidente Bill Clinton supervisó el inicio del programa conocido como Plan Colombia a fines de la década de 1990. Esta suma supera lo que ha recibido cualquier otro país fuera del Medio Oriente y Asia. El plan ayudó a fortalecer las Fuerzas Armadas de Colombia, dándoles la ventaja en su lucha contra las guerrillas marxistas. La cantidad de terrenos sembrados con coca cayó alrededor de un 70% entre 2000 y 2012, pero luego se disparó nuevamente y alcanzó un récord en 2017. Además de ser el mayor proveedor de ayuda exterior y asistencia militar, EE.UU. es también el mercado más grande del mundo para la cocaína. A pesar de oponerse a la guerra contra las drogas de Washington y sus políticas hacia Venezuela y Cuba, hasta ahora Petro parece tener relaciones cordiales con el Gobierno del presidente Joe Biden, y se ha reunido con varios de sus funcionarios sénior. Los republicanos en el Congreso podrían ser más reacios a aprobar el financiamiento si la producción de coca aumenta bajo Petro.
4. ¿No se suponía que el proceso de paz iba a erradicar la coca?
El acuerdo de paz de 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, o FARC, estaba destinado a anunciar el inicio de programas de sustitución de cultivos a gran escala. Pero la organización del programa y los fondos eran insuficientes, incluso bajo la presidencia de Juan Manuel Santos, que lo promovió. Luego, después del Gobierno 2018-2022 del presidente Iván Duque, estaba casi muerto, según Arenas. Duque se había mostrado escéptico frente a todo el acuerdo de paz e hizo campaña en su contra. En medio de las demoras, los ejércitos ilegales que trabajaban para los narcotraficantes ocuparon rápidamente las áreas abandonadas por las FARC y, a menudo, sabotearon los programas amenazando y asesinando a poblaciones locales que cooperaba con los mismos.
5. ¿Qué implica la ‘erradicación forzada’ de cultivos ilícitos?
La llamada erradicación manual implica enviar equipos de trabajadores agrícolas para desenterrar los arbustos a mano, lo que a menudo lleva a que ellos y sus escoltas policiales sean atacados por guerrilleros y cárteles con francotiradores y minas terrestres. Colombia ya detuvo la fumigación de coca con fumigadores en 2015, lo que a menudo hacían los pilotos estadounidenses, por la preocupación de que el herbicida utilizado fuera cancerígeno. Colombia rociaba cultivos ilegales con el herbicida paraquat desde 1978, según Arenas.
6. Petro busca la ‘paz total’. ¿Qué significa eso?
Las FARC ya no están, pero el campo colombiano sigue invadido por grupos armados ilegales financiados por el narcotráfico. Estos incluyen docenas de grupos de los llamados guerrilleros “disidentes” de las FARC, que se desilusionaron con el proceso de paz. Petro quiere acercarse a estas organizaciones con miras a iniciar conversaciones de paz, especialmente con el Ejército de Liberación Nacional, o ELN, la mayor fuerza guerrillera del país. Para tratar de poner las cosas en marcha, el Gobierno suspendió las órdenes de arresto contra los líderes sénior del grupo. Con cárteles de la droga como el llamado Clan del Golfo, el plan de Petro es ofrecer no extraditar a EE.UU. a quienes cooperen con el Gobierno, además de otorgarles sentencias reducidas. La búsqueda de la “paz total” va de la mano con los planes de sustitución de cultivos de Petro, lo cual es muy difícil de organizar si los grupos armados intentan socavarlo.
Nota Original:
World’s Biggest Cocaine Producer Rethinks the War on Drugs: Q&A
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