ATLANTA (AP) — Rory McIlroy caminó hacia el escenario en la sala de conferencias de East Lake, con el trofeo plateado y brillante de la FedEx Cup en la mesa, y levantó el brazo y declaró con una sonrisa en el rostro: “¡Campeón de Super Bowl!”.
Eso fue más bien otra indirecta al circuito LIV Golf que una evaluación de su temporada.
La referencia era una broma que había intercambiado con un reportero al comienzo de los playoffs de la FedEx Cup cuando se le preguntó si era el trofeo más difícil de ganar. McIlroy lo sabría mejor que nadie ahora que lo ha conquistado en tres ocasiones y que además ha fallado dos veces como primer preclasificado.
“¿El Super Bowl es el trofeo más difícil de ganar en el fútbol americano?”, preguntó el 10 de agosto.
Pocas cosas se le escapan a McIlroy. El abogado principal del circuito LIV Golf había argumentado en una audiencia judicial el día anterior que la FedEx Cup era el “Super Bowl del golf” en su infructuoso intento de que tres jugadores de la liga financiada por un fondo de Arabia Saudí jugaran la postemporada.
McIlroy rara vez se resiste a trolear a la LIV Golf o a Greg Norman.
También hubo mucha verdad en su respuesta final -McIlroy no es muy dado a decir “sí” o “no”- sobre la dificultad de ganar la FedEx Cup.
“Es algo raro”, dijo, y nadie lo discutiría cuando se trata de cualquier sistema de desempate en el golf. “Tienes que jugar consistentemente un buen golf en el transcurso de una temporada de 30 semanas y luego tienes que estar en tu mejor nivel al final de la misma".
Y eso fue lo que hizo. No fue tan bueno como Scottie Scheffler o Cameron Smith, pero fue lo suficientemente bueno como para tener una oportunidad al final. Era una apuesta arriesgada al principio y al llegar a la última ronda, pero jugó lo mejor posible el domingo, con mucha ayuda de Scheffler y un poco de Sungjae Im, para remontar desde seis golpes de desventaja y llevarse el premio de 18 millones de dólares.
¿Campeón del Super Bowl? Seguro.
Pero antes de que tomara el trofeo, McIlroy señaló que Sheffler había sido el Jugador Más Valioso del torneo.
McIlroy fue el único jugador en terminar en los primeros 10 sitios en todos los torneos importantes de este año.
Y considerando todo —tres triunfos, una tercera FedEx Cup y su papel en ayudar a reformar la Gira de la PGA, el año de McIlroy no estuvo nada mal.