Los partidarios del clérigo chiita iraquí Moqtada Sadr empezaron a abandonar, a petición de su líder, la sentada iniciada horas antes delante del Consejo supremo de la magistratura en Bagdad, una protesta destinada a aumentar la presión, en pleno combate por el futuro político de Irak.
La acampada ante la más alta instancia judicial del país es el último episodio de un pulso de meses entre el clérigo chií y sus rivales en el parlamento.
Desde las legislativas de octubre de 2021, las fuerzas políticas chiitas se enfrentan sobre el nombre del próximo primer ministro, sumiendo al país en una parálisis política cada vez mayor.
Pasadas unas 10 horas del inicio de la protesta el martes, Moqtada Sadr lanzó un tuit "aconsejando" a sus simpatizantes retirarse para "preservar la reputación de los revolucionarios y no dañar al pueblo". Acto seguido, los manifestantes empezaron a abandonar el lugar por decenas, según un periodista de la AFP en el lugar.
Sadr también les conminó a dejar las tiendas de campaña en el lugar y continuar su protesta ante el parlamento si así lo deseaban.
Moqtada Sadr es un líder religioso y político al que cientos de miles de iraquíes siguen con devoción. Su formación es la más numerosa en el parlamento.
La Corriente sadrista pide la disolución del parlamento, legislativas anticipadas y un cambio de la Constitución que permitiría al ganador de los comicios el derecho de formar gobierno, lo cual no es el caso actualmente.
Por el otro lado, la coalición Marco de Coordinación, formada por facciones chiitas pro-Irán, exige la formación de un nuevo gobierno para poner fin a meses de estancamiento. También ha recurrido a sentadas para mostrar su capacidad de convocatoria.
Tras los últimos comicios generales, celebrados hace diez meses, las negociaciones postelectorales entre el bloque de Sadr --el más amplio de la cámara-- y otras facciones han sido infructuosas, por lo que el país no ha logrado nombrar nuevo gobierno, primer ministro ni presidente.
El Marco de Coordinación reúne al partido del exprimer ministro Nuri al Maliki (antiguo enemigo de Sadr), y Hashed al Shaabi, antigua red paramilitar pro-iraní ahora integrada en las fuerzas de seguridad.
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