SEÚL (AP) — Decenas de sudcoreanos que fueron adoptados por daneses décadas atrás exigieron al gobierno que investigue las circunstancias en que fueron entregados, empujados por la sospecha de que abundaron las irregularidades, incluidas la falsificación de documentos y el ocultamiento del origen de los pequeños.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación tiene cuatro meses para decidir si acepta el pedido presentado por 53 adoptados. De hacerlo, podría desatar la investigación más amplia jamás hecha de una ola de adopciones en el extranjero alentada por gobiernos militares entre las décadas de 1960 y 80.
La solicitud dice que cantidades de niños fueron sacados de sus familias en forma descuidada e innecesaria, en procesos con escasa supervisión y diligencia. Señala asimismo que leyes especiales pensadas para promover las adopciones prácticamente permitían que empresas con fines de lucro manipulasen los documentos e ignorasen los procedimientos indicados.
La mayoría de los niños que fueron adoptados en el extranjero fueron registrados como huérfanos que habían sido abandonados, recogidos en las calles, a pesar de que a menudo tenían parientes fáciles de identificar y ubicar. Esto simplificaba y aceleraba los procesos de adopción.
“Ninguno de nosotros éramos huérfanos”, dijo Peter Møller, abogado y codirector del Grupo de Derechos de Daneses-Coreanos, la organización que presentó la solicitud.
“En muchos documentos, el estado coreano estampilló documentos que decían que los chicos habían sido encontrados en la calle. Si hacemos las cuentas, ello quiere decir que en los años 70 y 80 Seúl estuvo llena de niños deambulando por las calles”.
Unos 200.000 sudcoreanos fueron adoptados por extranjeros en las últimas seis décadas, sobre todo por personas blancas de Estados Unidos y Europa. Dinamarca fue uno de los principales destinos europeos. Recibió unos 9.000 chicos, la mayoría de ellos entre los años 60 y 80, en que Corea del Sur fue gobernada por militares.
Møller, quien fue adoptado por daneses en 1974, dijo que planea regresar en septiembre con los nombres de más personas que se suman a la solicitud.
En la presentación se habla de que se empleó información falsa o inexacta en los documentos de adopción, que alteraban su origen biológico, incluido su nombre de nacimiento, la fecha y el lugar donde nacieron, o detalles sobre sus padres.
Algunos adoptados dijeron que descubrieron que las agencias de adopción habían cambiado sus identidades, dándoles las de niños que habían fallecido o que estaban demasiado enfermos como para viajar, lo que hizo que resultase más difícil todavía rastrear sus raíces.
Los adoptados quieren que el gobierno investigue todas estas presuntas irregularidades durante sus adopciones, incluida la forma en que las agencias de adopción habrían falsificado documentos, manipulado sus historias y los dieron en adopción sin el consentimiento de sus padres. Piden asimismo que se defina si el gobierno debe ser responsabilizado por no supervisar los manejos de estas agencias y que se confirme si el aumento en las adopciones fue alimentado por pagos cada vez más altos y por donaciones de los padres adoptivos, que habrían empujado a las agencias a ofrecer servicios paralelos.
Los adoptados llevan años criticando a las agencias de adopción por lo que describen como una falta de transparencia y su negativa a dar acceso a sus archivos. Møller dijo que algunos adoptados de Dinamarca se muestran reticentes a sumarse al pedido por temor a que las agencias destruyan sus archivos.
Holt Children’s Services y los Servicios Sociales de Corea, las dos agencias que tramitaron las adopciones, no respondieron a reiteradas llamadas en busca de comentarios.
Holt tiene pendiente una demanda de un adoptado de Estados Unidos, Adam Crapser, quien en el 2019 exigió el equivalente a 150.000 dólares por no corroborar que sus padres adoptivos se manejaban bien y lo naturalizaban. Después de ser adoptado y objeto de abusos por otras dos parejas estadounidenses, Crapser fue deportado en el 2016 tras algunos problemas con las autoridades porque sus guardianes no presentaron los papeles para naturalizarlo.
Entre fines de los 70 y mediados de los 80, las agencias buscaban niños en hospitales y orfanatos, a menudo pagando por ellos, y operaban maternidades para madres solteras que eran presionadas para que entregasen sus bebés. El personal de las agencias recorría zonas de fábricas y barrios pobres en busca de familias necesitadas para tratar de convencerlas de que entregasen a sus hijos. Las agencias eran dirigidas por personas allegadas a los militares, que veían las adopciones como una forma de deshacerse de personas indeseables, que habría que alimentar, incluidos los hijos de madres solteras.
Las adopciones eran a su vez una forma de profundizar los lazos con Occidente en medio de una feroz competencia con Corea del Norte, de acuerdo con documentos de los gobiernos militares obtenidos por la Associated Press.