FILADELFIA (AP) — Las cuadrillas de trabajadores iniciaron la demolición de una iglesia que data del siglo XIX en Filadelfia, luego de una batalla de años emprendida por algunos vecinos que trataban de preservar el dilapidado edificio.
La semana pasada, los obreros erigieron andamios, cercas y barricadas en torno a la iglesia de San Lorenzo, una estructura que data de hace 140 años, en el vecindario de Fishtown. Los vecinos se aglomeraron el miércoles para verla por última vez, tomándole fotos y apuntando hacia la enorme cruz, antes pegada al edificio, que ahora estaba posada sobre una cerca, reportó la emisora KYW.
“No quiero ver la demolición de ninguna iglesia, sea cual sea la religión a la que pertenezca”, expresó a la emisora Margaret Ann Ramsey. “Siempre ha sido parte del vecindario, así que es triste, especialmente para los que pertenecen a esta parroquia”.
Michael Johnson, de la empresa HC Site Construction, dijo a WTXF-TV que la demolición de las enormes columnas se hará a mano. Los escombros se arrojarán por un ducto hacia el sótano para evitar las vibraciones de los camiones.
La municipalidad aprobó la demolición hace casi un año, pero los responsables dijeron que la tarea de reubicar los postes y cables de electricidad alrededor del edificio tardó más tiempo que lo esperado. Las obras también tuvieron que ser aplazadas hasta el verano para no coincidir con el calendario escolar de una escuela católica adyacente, reportó el diario Philadelphia Inquirer.
La iglesia de San Lorenzo está en la lista de lugares históricos de Filadelfia y las autoridades han pedido a la empresa constructora preservar o reconstruir la fachada en cualquier estructura nueva. Se ha presentado una apelación en torno al permiso de construir allí un conjunto residencial de ocho pisos con 49 unidades habitacionales, publicó el diario.
La iglesia fue construida en 1882 con las donaciones de inmigrantes polacos. En 2014, la archidiócesis de Filadelfia anunció su cierre, citando “grietas verticales” y una fachada “muy deteriorada” que amenazaba con derrumbarse si no se realizaba una restauración de 3,5 millones de dólares. Quienes deseaban conservar el edificio aseguraron que sus cálculos totalizaron solo 700.000 dólares. La comisión histórica agregó la iglesia al registro histórico de la ciudad en 2015.
Las preocupaciones surgieron en 2019, cuando partes de la fachada se derrumbaron, en un caso con 2,720 kilos (6,000 libras) de roca que se desprendieron de una aguja, perforaron andamios de acero y cayeron en una zona de seguridad cercada alrededor de la iglesia, lo que provocó el cierre de la escuela cercana durante dos días.
La arquidiócesis gastó 135.000 para estabilizar el edificio y los inspectores de la ciudad dijeron que parecía estar en mejores condiciones, pero luego dos ingenieros contratados por el nuevo propietario concluyeron que la iglesia de San Lorenzo se había deteriorado sustancialmente, y uno predijo que ocurriría “al menos un colapso parcial” en un periodo de 10 años. Un ingeniero estructural contratado por la Alianza para la Preservación en la Zona Metropolitana de Filadelfia dijo que el edificio había permanecido en pie a pesar de las terribles evaluaciones de varios ingenieros.