CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Un abrupto incremento en los niveles de agua en una mina de carbón del norte de México obstaculizó el domingo las labores de rescate de 10 mineros que permanecen atrapados desde inicios de mes.
La Coordinación Nacional de Protección Civil dijo en un comunicado que los niveles de agua en los pozos dos, tres y cuatro de la mina El Pinabete, ubicada en el municipio Sabinas del estado norteño de Coahuila, alcanzaron los 10,44 metros.
El pasado 12 de agosto, las autoridades anunciaron que se había extraído el 97% del agua en los tres pozos de la mina, y que en breve comenzaría el rescate de los diez mineros.
Los mineros quedaron atrapados el 3 de agosto, cuando la mina se derrumbó un área contigua de una vieja mina que estaba llena de agua, lo que provocó una fuerte inundación en tres de los pozos de la instalación, de unos 60 metros de profundidad. En la mina laboraban 15 trabajadores, pero sólo cinco lograron salir tras el ingreso del agua.
Las autoridades no informaron qué motivó el nuevo aumento de las aguas en la mina, pero medios locales reportaron que la víspera se registró una fuerte lluvia en el lugar.
Ante el incremento de la inundación en el socavón, especialistas del Servicio Geológico Mexicano de la Secretaría de Economía y de la empresa Mimosa trabajan en una estrategia para evitar que sigan subiendo los niveles del agua, y generar las condiciones para el rescate de los mineros, indicó Protección Civil.
La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, afirmó que la mina enfrenta “condiciones extraordinarias” debido a su colindancia con la mina Conchas Norte, que fue abandonada hace aproximadamente 30 años, y donde se acumuló un volumen muy alto de agua.
Buzos militares y rescatistas ingresaron la semana pasada a los pozos para retirar decenas de polines de madera y mangueras y poder avanzar hacia las galerías de la mina, pero ahora se desconoce si se podrá continuar con ese proceso.
Los familiares de los mineros, que desde el día del derrumbe permanecen en vigilia a las afueras de la mina, protestaron el sábado por el retraso de las labores de rescate y acusaron a las autoridades de mentirles sobre los trabajos en la mina. Algunos familiares pidieron apoyo internacional para el rescate.
Desde el día del accidente las autoridades iniciaron la extracción de agua de los pozos con la ayuda de una veintena de bombas de extracción. Sin embargo, el proceso se demoró debido a que el nivel bajaba con mucha lentitud, porque mientras el agua salía por un lado, entraba por otro. Ante esa situación el equipo a cargo de la emergencia decidió realizar varias perforaciones en el área para evitar que continuara ingresando más agua.