Lágrimas y fatalismo frente a la escasez de agua en un remoto pueblo marroquí

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"Ver a habitantes correr a la fuente o a la casa de un vecino cada mañana para ir a buscar agua da ganas de llorar", dice Mohamed Sbai, un marroquí que abandonó la agricultura debido a las sucesivas sequías que azotan su pueblo, ubicado a 140 kilómetros de Casablanca.

Ouled Essi Masseoud, un pueblo otrora de tierras fértiles, se ve ahora gravemente afectado por el estrés hídrico que amenaza a todo Marruecos.

Sin agua potable, este pueblo ubicado al pie de una ladera depende de las fuentes públicas y de los pozos privados.

"Las fuentes sólo funcionan uno o dos días a la semana, los pozos empiezan a secarse y el río vecino se está secando cada vez más", dice a la AFP Sbai.

"Sufrimos por la escasez de agua", agrega el hombre de 60 años.

La situación es crítica dada la ubicación geográfica de Ouled Essi Masseoud, situada en la provincia agrícola de Settat, cerca del río Oum Errabia y de la presa de Al Massira, la segunda más grande de Marruecos.

La tasa de llenado de este embalse -- que suministra agua potable a varias ciudades, incluyendo la capital económica Casablanca y sus 3 millones de habitantes -- alcanza apenas 5%, según cifras oficiales recientes.

En el lugar, la magnitud del desastre es impactante. El embalse de Al Massira no es ahora más que un estanque bordeado por kilómetros de tierra agrietada.

- Estrés "estructural" -

A nivel nacional, los embalses tienen una tasa de llenado de apenas 27%. Una situación preocupante que se ha visto agravada por la peor sequía que vive Marruecos en al menos 40 años.

Con 600 metros cúbicos de agua per cápita al año, el país norteafricano está ya muy por debajo del umbral de escasez de agua, estimado en 1.700 metros cúbicos per cápita al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A modo de comparación, la disponibilidad de agua en la década de 1960 era cuatro veces mayor, con 2.600 m3.

Esta situación coloca al reino en una "situación de estrés hídrico estructural", según un reciente informe del Banco Mundial.

Ante la emergencia, las autoridades decidieron racionar el consumo de agua y prohibieron el riesgo de algunas áreas verdes con agua potable.

Marruecos tiene previsto construir 20 plantas desalinizadoras de agua de mar de aquí a 2030.

-"No hay agua" -

El otro talón de Aquiles del país es su política agrícola "que favorece la fruticultura acuícola y margina a los pequeños productores", subraya el agrónomo Mohamed Srairi.

Según Srairi, esta agricultura se basa en el riego por goteo, que paradójicamente conlleva un mayor consumo de agua, para hacer cultivables las zonas áridas.

Marruecos ha "triplicado" sus superficies irrigadas con esta tecnología y esto puede haber hecho "aumentar (...) la cantidad total de agua consumida por el sector agrícola", según el Banco Mundial.

Más del 80% del agua de Marruecos se destina a la agricultura, sector clave de su economía, que representa el 14% del PIB.

No muy lejos de la presa, Mohamed, un anciano, mira una pequeña parcela de tierra seca.

"Ya no aramos porque no hay agua", dice, resignado.

Las generaciones más jóvenes también son pesimistas. "Con la sequía, vivimos en una situación precaria", dice Soufiane, un pastor de 14 años que abandonó la escuela.

"Tengo la impresión de que la situación empeorará aún más en el futuro", suspira.

kao/agr-fka/bk/alc/meb/mar

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