Todo conductor al volante de un coche quiere, naturalmente, acceder a los contenidos de su teléfono móvil: ya sea para hacer una llamada telefónica, para escuchar música o para que le lean en voz alta el siguiente capítulo del audiolibro. Pero cómo hacerlo y si el contenido llega realmente al vehículo depende sobre todo del sistema operativo del móvil y de las posibilidades técnicas del coche. "En el mejor de los casos, esto ocurre automáticamente y el usuario ni siquiera se da cuenta de que el teléfono se está conectando al sistema de entretenimiento del coche. Esto significa que el acceso a los contenidos está dado y se puede utilizar el dispositivo inmediatamente", informa Timo Brauer, del portal tecnológico alemán "Inside-digital.de". Esto puede funcionar de diferentes maneras. "A través de la sencilla conexión Bluetooth se pueden hacer llamadas telefónicas, escuchar música y utilizar la función de SMS", explica Brauer. Sin embargo, quien quiera utilizar más funciones del móvil deberá, según el sistema operativo del mismo, conectarse a través de Android Auto o Apple CarPlay de forma inalámbrica o por cable. En la actualidad, la mayoría de los coches modernos ofrecen estas dos interfaces. "La idea básica de Apple CarPlay y Android Auto es reflejar determinadas funciones o apps en la pantalla del vehículo, y solo con una cantidad limitada de información para no distraer al conductor", explica Hannes Rügheimer, de la revista especializada alemana "connect". Esto incluye, por ejemplo, la reproducción de música o la navegación. Sin embargo, los elementos de manejo son muy reducidos en comparación con la pantalla del teléfono móvil. En el caso de WhatsApp o iMessage, por ejemplo, solo se recibe una notificación de que ha llegado un nuevo mensaje. "Se puede hacer que el sistema lea el contenido del mensaje, pero no es posible leerlo uno mismo en la pantalla del vehículo", precisa Rügheimer. Si la interacción entre el móvil y Apple CarPlay o Android Auto funciona de forma inalámbrica o por cable suele depender de la antigüedad del vehículo. "Los nuevos modelos de vehículos suelen admitir ambas variantes, pero con los algo más antiguos, hasta aproximadamente 2019, solo funciona la variante USB", explica Rügheimer. También hay soluciones accesorias que permiten convertir una conexión por cable en inalámbrica con la ayuda de un adaptador. "Sin embargo, esto requiere un poco de habilidad e ingenio", objeta Rügheimer. La modalidad de conexión difiere según el fabricante. "El sistema de Tesla, por ejemplo, no es compatible con Apple CarPlay o Android Auto; solo se puede conectar el móvil al coche por Bluetooth para utilizar las funciones del teléfono", señala Timo Brauer. Si se conduce un coche más antiguo con una radio de coche clásica, se tiene la opción de sustituir el dispositivo instalado por un moderno receptor multimedia. "Como alternativa, se puede instalar una pantalla externa con CarPlay y Android Auto en el parabrisas o en el salpicadero", explica Brauer. Para ello, acota, se necesitan cables, por ejemplo para la alimentación. Otra posible variante es colocar el móvil en un soporte adecuado en el campo de visión. Rügheimer no opina que esta sea la mejor opción: "Por un lado, existe un alto riesgo de distracción y, por otro, cualquier interacción física, como tocar la pantalla, va en contra de la ley. En caso de control policial, se corre el riesgo de tener que pagar una multa". El Consejo Alemán de Seguridad Vial (DVR) también advierte sobre las distracciones con los teléfonos móvil en el coche. Según el DVR, el riesgo de sufrir un accidente mientras se habla por teléfono al volante es de dos a cinco veces más alto. Aunque no está prohibido utilizar un sistema de manos libres para hablar por teléfono, prosigue, esto sigue suponiendo una distracción nada desdeñable. Para reducir al mínimo las distracciones, la mayoría de los sistemas pueden manejarse por control de voz. Además, Apple CarPlay y Android Auto limitan mucho el número de aplicaciones. "Apple y Google comprueban cada una de las aplicaciones, además de la implementación concreta, antes de permitir el acceso a la pantalla del coche", explica Rügheimer, y añade que, por ejemplo, la transmisión de música es posible, pero la de televisión o vídeo no. Una de las razones por las que la selección de apps para Apple CarPlay y Android Auto es relativamente pequeña se debe también a la complejidad de su desarrollo. "El desarrollador respectivo debe ofrecer una visualización muy especial de su aplicación para ambos sistemas y atenerse a las especificaciones de Apple y Google", puntualiza Brauer. Sin embargo, es posible reproducir vídeos del móvil, por ejemplo, si el dispositivo está conectado al coche a través de una función de espejo. "Esto tendría sentido y sería legal cuando el vehículo está parado. Podría utilizarse, por ejemplo, durante el tiempo de carga de un coche eléctrico", señala Rügheimer. Este es también el enfoque adoptado por Tesla, por ejemplo, donde la función de vídeo del sistema de entretenimiento se activa en la posición de aparcamiento. Por cierto, los que utilicen Apple CarPlay o Android Auto no tienen que temer que se desconecten las funciones del sistema de entretenimiento integrado. "Se trata más bien de una duplicación de funciones. Por ejemplo, si el sistema integrado tiene navegación, se añade Google Maps o Apple Maps", explica Rügheimer. Sin embargo, en algunos sistemas de los vehículos existen ahora también las llamadas funciones cruzadas: "Estas permiten, por ejemplo, mantener la radio del coche funcionando en segundo plano mientras se visualiza la navegación en la pantalla del móvil", puntualiza el experto del portal alemán. dpa