Seis indígenas asesinados en varios ataques en Colombia

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Seis indígenas awa murieron a tiros, entre ellos una mujer con seis meses de embarazo, en tres ataques ocurridos cerca de una región fronteriza con Ecuador, atravesada por corredores del narcotráfico, denunciaron autoridades y Naciones Unidas este lunes.

Cuatro de las víctimas fueron asesinadas el domingo por un comando que irrumpió en un billar en el municipio de Barbacoas, en el departamento de Nariño.

"Un grupo de personas armadas con prendas privativas de uso militar se acercaron y con armas largas les dispararon. Se trataría de un ajuste de cuentas", dijo a W Radio el secretario de Gobierno de Nariño, Amilcar Pantoja, quien adelantó los resultados de las primeras pesquisas:

"Todo apunta al control de economías ilícitas (...) se verifico que una persona (fallecida) tiene antecedentes (judiciales)", detalló.

Pantoja también recordó que tres personas de la misma comunidad habían sido asesinadas hace un mes.

Los otros dos indígenas murieron en ataques aislados en el resguardo indígena de Piguambi Palambala y en el municipio de Tumaco, también en Nariño. Entre los muertos está la activista María Pai, quien estaba en el sexto mes de gestación.

"Recibimos información sobre el asesinato de seis indígenas Awa en Nariño, ayer, entre ellos una mujer embarazada. Condenamos estos crímenes y urgimos a que se respete la vida", expresó la delegación de la ONU en Colombia en un tuit.

Con casi 9.000 hectáreas sembradas con hoja de coca, Nariño es el segundo departamento colombiano con más cultivos del principal ingrediente de la cocaína, según Naciones Unidas.

En esta región los pueblos originarios se oponen al narcotráfico, lo que los tiene en la mira de los grupos armados que controlan el negocio, de acuerdo con la estatal Defensoría del Pueblo.

Los seis awa asesinados se suman a cinco personas que también fueron baleadas por sicarios el domingo en el departamento de Valle del Cauca, en otro hecho que las autoridades vincularon a las disputas en bandas de traficantes en el suroeste del país.

Aunque el pacto de paz de 2016 con las FARC mermó la violencia en Colombia, rebeldes que se apartaron del acuerdo, grupos de narcotraficantes y la guerrilla del ELN aún se disputan rentas ilegales en regiones apartadas donde el Estado es débil.

Expertos y el gobierno señalan que el país atraviesa una escalada violenta ante la llegada de un inédito gobierno de izquierda encabezado por Gustavo Petro, quien asume la presidencia el 7 de agosto y ha expresado su intención de negociar el desarme pacífico de estos grupos.

jss/vel/gm

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