Tania, una niña de cuatro años, se abalanza sobre los brazos de su madre al escuchar el estruendo de la artillería que azota los alrededores de la ciudad ucraniana de Bajmut, que se está en primera línea de la ofensiva rusa.
Hasta ahora, Olena ha tirado de su ingenio para tratar de ocultar la verdad de lo que está sucediendo a su hija de cabellos rizados, pero su creatividad se está agotando.
"A veces simplemente subo el volumen de la televisión (...) Si le digo constantemente a la niña que esto es una guerra, la perturbaré. Pero creo que lo entiende", cuenta a la AFP la madre.
"Durante un bombardeo reciente hubo una explosión de metralla. Más tarde, estaba hablando con mi esposo de ir a buscar ayuda humanitaria y la niña preguntó si habría metralla allí", agrega Olena.
Bajmut, una de las pocas ciudades que quedan bajo control ucraniano en la región de Donetsk, está ahora en el centro de una fiera ofensiva de Rusia en el este del país.
Tomar esta posición daría a Rusia el control de una carretera estratégica y una ruta de suministro, abriendo el camino hacia el centro regional ubicado en Kramatorsk.
La familia de Olena es una de las pocas que se ha quedado con sus hijos en Bajmut, ahora a solo unos seis kilómetros de las posiciones rusas. Más de un tercio de la población de 73.000 habitantes ha huido y las autoridades insisten en evacuar a todos.
Las calles se hallan casi desiertas, y lejos queda la vida cotidiana apacible de esta pequeña ciudad, que ahora está destrozada por los tanques y sufre el rugido constante de los intercambios de artillería.
- "Todo será destruido" -
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, instó el sábado a los 200.000 civiles que aún viven en las áreas controladas por Ucrania de la región de Donetsk, en el este, a evacuar lo antes posible.
"Cuanta más gente abandone ahora la región de Donetsk, menos personas matará el ejército ruso", afirmó Zelenski.
Kiev anunció una orden obligatoria de evacuación y señaló que su objetivo consiste en evacuar a la gente antes del invierno, ya que las tuberías de gas para la calefacción han sido cortadas debido a los combates.
Pero, la mayoría de los que se niegan a dejar Bajmut comparten una historia común: demasiado pobres, enfermos y viejos para empezar una nueva vida en otro lugar.
"La madre de mi esposo está postrada en la cama desde hace cinco años y no podemos dejarla", explica Olena.
Los recientes ataques a la ciudad, que causaron tres muertos y muchos heridos, hicieron que algunos reconsideraran su decisión de quedarse a toda costa.
Ekaterina y sus tres hijos, de ocho, seis y dos años, esperaban un autobús en un punto de evacuación en Bajmut.
Con los ojos llorosos, se despedían de su esposo Artiom, quien se quedará en Bajmut "porque alguien tiene que hacerlo".
Un vendaje cubría parte de la mejilla de Ekaterina, mientras que su espalda estaba salpicada de moretones y rasguños, todos debido a heridas por metralla.
"Esperábamos que todo estuviera bien y, por eso, esperamos tanto. Pero no es así. Todavía veo un futuro para mis hijos aquí porque algún día la situación volverá a ser estable", asegura Artiom.
En el centro de la ciudad, Olena, su esposo y su hija se suben al pequeño scooter rojo que todos comparten para moverse, con la pequeña Tania al frente.
"No hay nada más que capturar aquí. Cuando (los rusos) vengan a tomarlo, todo estará destruido", dice Olena.
"¿Quién lo reconstruirá? ¿Cuántos años se necesitarán para que nuestros hijos lo reconstruyan todo?", se pregunta la madre.
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