TOKIO (AP) — Los Juegos Olímpicos de Tokio sobrevivieron después de que los pospusieron debido al COVID-19, el incremento de costos y la oposición del público. Un año después, el costo y beneficio sigue siendo complicado de entender.
En la ceremonia de clausura de los Olímpicos, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, aseguró que el mayor logró de los Juegos fue simplemente llegar al final.
“Lo hicimos”, indicó Bach. “Lo hicimos juntos”, repitió y le dio crédito a los deportistas, a los funcionarios del gobierno japonés y a los socios de transmisión reestructurar los juegos a pesar de que no contaron con aficionados, hubo socios comerciales decepcionados y sin ruido en la ciudad.
Los organizadores de los Juegos habían dicho que atraería el turismo, pondría al descubierto el poder tecnológico de Japón y crearía memorias similares a las de los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Pero no fue posible por la pandemia.
La meta de Japón después de posponer los Juegos fue mantenerlos, pensando que sólo seis meses después de la clausura China inauguraría los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing. Para el COI fue prioritario que los Juegos se mantuvieran en televisión y que los grandes patrocinadores —que son la fuente del 90% de los ingresos del Comité— estuvieran contentos.
“Creo que lo que más importante de los Juegos fue el no tener que lidiar con las cancelaciones”, aseguró a The Associated Press David Leheny, experto de ciencias políticas de la Universidad Waseda de Japón. “No hubo un desastre de salud pública asociado a ellos. Creo que a los funcionarios les gustaría dar una vuelta de la victoria si el público hubiera sido más entusiasta”.
Como acto final antes de disolver el comité organizador el 30 de junio, el presidente Seiko Hashimoto y el director ejecutivo Toshiro Muto reconocieron que el costo de los Juegos de Tokio fue de 13.000 millones de dólares —casi el 60% fue dinero público. Esto fue el doble del costo estimado cuando el COI le otorgó la sede a Tokio, pero menos de los 25.000 millones que algunos predijeron.
¿Cómo hay que juzgar? Legado o costo. Hubo algo que celebrar o simplemente hay que regocijarse de que no fallaron.
El gobierno metropolitano de Tokio, que pagó 5.400 millones de dólares del costo comenzó una campaña para convencer al público que alrededor de seis de las nuevas sedes serán utilizadas. La próxima semana se llevará a cabo la reinauguración del centro de canotaje, con un desfile de remo de estudiantes de primaria.
Un centro dedicado a la comunidad LGBTI fue celebrado durante los Juegos, así como los Paralímpicos que llevaron a mejorar la infraestructura de accesibilidad en la ciudad.
El gobierno de la ciudad realizará un evento por el primer aniversario de la ceremonia de inauguración el sábado en el Estadio Nacional, que costó 1.400 millones de dólares. Participarán deportistas, bandas de preparatoria y secundaria, así como porristas.
En medio de la incertidumbre, hay un claro legado. A pesar del escándalo, el incremento de costos y el poco apoyo del público, Japón buscará recibir los Olímpicos de Invierno 2030 en Sapporo. Y han utilizado a los Juegos de Tokio para impulsar la candidatura.
Sapporo asegura que el costo será de 2.600 millones de dólares, lo cual parece podría ser una subestimación debido a que Tokio costó el doble de lo que inicialmente creían.
Sapporo es posiblemente el favorito sobre Vancouver y Salt Lake City.