BELGRADO (AP) — Aumentan las tensiones entre Serbia y Croacia luego que Croacia se negó a darle permiso al presidente de Serbia a visitar un lugar donde miles de serbios fueron masacrados durante la Segunda Guerra Mundial.
Las autoridades croatas dijeron que se enteraron de la visita planeada por el presidente serbio Aleksandar Vucic al campamento Jasenovac por medio de “canales extraoficiales”.
El ministro de exteriores Gordan Grlic Radman declaró ante reporteros que el hecho de que no se le avisó apropiadamente al gobierno croata era “inaceptable”.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores desea enfatizar que toda planificación de cualquier visita por parte de funcionarios extranjeros se debe realizar bajo comunicación y acuerdo entre las dos partes”, indicó Grlic Radman.
“Este no es un paseo a la playa. El presidente de un país es un individuo protegido”, agregó.
La decisión croata causó enojo en Serbia, donde funcionarios la calificaron de “escandalosa”. El ministro del Interior de Serbia Aleksandar Vulin anunció que de ahora en adelante todo funcionario croata que desee visitar deberá anunciar el viaje con antelación y será colocado bajo “un régimen especial de control”, del cual no dio detalles.
“Esta fue una decisión antieuropea y anticivilización, violatoria del derecho al desplazamiento”, dijo la primera ministra de Serbia Ana Branabic
“No sé cómo serán nuestras relaciones en el futuro ... Esto deja un mensaje aterrador”, añadió Branabic a la emisora prooficialista Pink.
Las relaciones entre Serbia y Croacia son tensas desde que se disolvió Yugoslavia y la guerra de entre 1991-95, que tuvo lugar luego que la minoría serbia en Croacia, respaldada por Serbia, se alzó en armas contra la independencia croata.
Más de 10.000 personas murieron en la guerra. Si bien Croacia y Serbia han prometido tratar de resolver los problemas pendientes, surgen de tanto en tanto disputas diplomáticas.
Las autoridades de Serbia insisten en que Croacia no ha enfrentado debidamente su pasado fascista durante la II Guerra Mundial, mientras que Zagreb acusa a Serbia de usar el tema para hacer política y de no enfrentar su rol en la guerra de los noventa.
“Vemos esto como una provocación”, declaró Grlic Radman. Añadió que “esta visita no es sincera, no es para honrar a las víctimas” del campamento Jasenovac, donde decenas de miles de serbocroatas, judíos y Roma murieron asesinados por las autoridades pronazis durante la Segunda Guerra Mundial.