Un conflicto entre dos tribus que estalló esta semana en el Estado sudanés del Nilo Azul, cerca de la frontera con Etiopía, dejó al menos 33 muertos, según un balance anunciado el sábado por las autoridades locales.
Además 108 personas resultaron heridas y 16 comercios fueron incendiados entre el lunes y el viernes durante los enfrentamientos que estallaron por una disputa por tierras, según un comunicado del ministerio de Salud.
El viernes por la noche, tras el despliegue de tropas, el gobernador Ahmed al-Omda emitió una orden por la que se prohibía "cualquier reunión o marcha" durante un mes. El sábado se impuso además un toque de queda nocturno.
Una fuente del hospital de Al Roseires alertó a la AFP que el centro "se había quedado sin suministros de primeros auxilios" y que necesitaban refuerzos porque el número de heridos "está aumentado".
La región de Qissan, y en general el Estado del Nilo Azul, están sumidos en una rebelión desde 1986. La guerrilla del sur fue durante mucho tiempo un problema para la dictadura de Omar al Bashir, que fue derrocado por el ejército bajo la presión de la calle en 2019.
Los expertos afirman que el vacío de seguridad dejado por el golpe fomentó el resurgimiento de la violencia tribal en un país en el que cientos de civiles mueren cada año en enfrentamientos por el acceso al agua o a la tierra.
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