SANTIAGO (AP) — Las nueve asociaciones de salud privada chilenas (Isapres) advirtieron el jueves que únicamente funcionan gracias a los aportes de capital de sus dueños y que su cierre podría volverse inminente de no lograr aumentar el costo de sus servicios.
Las Isapres atienden a unos 3,3 millones de personas a las que no han podido ajustar el costo de sus planes de salud debido una ley que congeló el alza de precios en 2020 y 2021 por la pandemia. Y ahora, por la misma restricción, sólo pueden subir los precios de sus servicios a un máximo de 7,6%, lo que aseguran es insuficiente.
Los afiliados pagan montos variables, según los beneficios que contratan.
Los restantes 16 millones de chilenos se atienden en la salud pública, a la que se paga una cotización mensual equivalente al 7% de los ingresos.
Las Isapres aseguran que sólo los últimos 15 meses registran pérdidas por unos 170.000 millones de pesos, unos 167 millones de dólares.
“Ante una imposibilidad de ajustar las tarifas y con los costos de salud al alza, coberturas fijas y de por vida para los afiliados, las Isapres caerían en un déficit permanente que inevitablemente marcaría el fin del sector”, señala la declaración. Afirman que las Isapres “ya no tienen margen de operación, hoy funcionan únicamente con aportes de capital de sus dueños y el cierre puede producirse en solo meses”.
La declaración del rubro surgió en respuesta a palabras de la ministra de Salud, Begoña Yarza, que las emplazó a usar ahorros para evitar el cierre. El gobierno del presidente Gabriel Boric busca crear un sistema universal de salud que recaudaría las cotizaciones obligatorias de los chilenos, los que podrían seguir atendiéndose en la salud privada, pero pagando extra.