ESTOCOLMO (AP) — Un ciudadano iraní fue condenado el jueves a cadena perpetua por un tribunal sueco tras ser declarado culpable de cometer graves crímenes de guerra y asesinato durante la fase final de la guerra Irán-Irak en la década de 1980.
El Tribunal de Distrito de Estocolmo informó que Hamid Noury participó en atrocidades severas en julio y agosto de 1988 cuando trabajaba como asistente del fiscal adjunto en la prisión de Gohardasht, en las afueras de la ciudad iraní de Karaj.
Una cadena perpetua en Suecia generalmente significa un mínimo de 20 a 25 años de prisión, pero podría extenderse. Si finalmente es liberado, Noury será expulsado de Suecia. El sentenciado puede apelar el veredicto.
El tribunal indicó que Noury, de 61 años, participó “en las ejecuciones de muchos presos políticos en Irán en el verano de 1988”.
Los actos fueron considerados como un delito grave contra el derecho internacional, subrayó la corte. Una segunda ola de ejecuciones fue dirigida a simpatizantes de izquierda que se consideró que habían renunciado a su fe islámica, según el comunicado de la corte, y agregó que “estos actos han sido considerados asesinatos”.
Dijeron que el líder supremo de Irán en ese momento, el ayatolá Jomeini, había emitido una orden de ejecución para todos los prisioneros en el país que simpatizaban y permanecían leales al grupo de oposición iraní Muyaedín-e-Khalq, conocido como MEK.
Debido a esa orden, un gran número de presos fueron ejecutados en la prisión de Gohardasht entre el 30 de julio y el 16 de agosto de 1988, dijeron los fiscales suecos.
Durante el juicio, que finalizó el 4 de mayo, Noury negó haber cometido alguna falta.
El juez Tomas Zander dijo que Noury había afirmado que la evidencia en su contra había sido “fabricada” por los muyaedines que “lo acusaron erróneamente de participar en un curso de eventos fabricados para obtener ganancias políticas”.