Jose F. Sánchez
Madrid, 9 jul. La tercera generación de bandas latinas en España, con la edad media de pandilleros cada vez más baja y el aumento notable de su violencia, está igual o más organizada que las anteriores, como demuestra la celebración de "reuniones universales" en Madrid o la reciente creación de coros (grupos territoriales) exclusivamente de menores de edad.
Los coros de los Dominican Don't Play (DDP) de la localidad madrileña de Alcobendas o de los barrios de Argüelles o Embajadores -este último implicado en al menos tres crímenes en los últimos meses en la capital-, tejieron un entramado con un grupo de nueve "hackers".
En esta relación de conveniencia los pandilleros lograban aportar a las arcas de la banda un pequeño porcentaje de lo recaudado por los ciberdelincuentes a través de fraudes en internet, mientras que "mulas" relacionadas con la banda les abrían cuentas bancarias para desviar el botín.
Se trata de una nueva fuente de financiación en el mundo de las bandas latinas, ya que por primera vez "externalizan" una de sus actividades, la de la financiación, que hasta ahora afrontaban desde las calles con la comisión de robos, coacciones o el tráfico de drogas.
El pasado martes, el jefe de la sección de grupos juveniles violentos de la Brigada Provincial de Información, Luis Balbín, reveló este y otros detalles de la estructura de la organización actual de las bandas en España, en una rueda de prensa en la que la Policía anunció la desarticulación de la red formada por miembros de los DDP y "hackers".
LA "REUNIÓN UNIVERSAL": ENCUENTRO ENTRE LÍDERES DE COROS
Balbín dejó palpable la existencia de los enlaces entre los coros más activos de los Dominican Don't Play en Madrid, cuyos líderes o "soberanos" se reúnen con frecuencia en un encuentro al que los pandilleros denominan la "reunión universal", donde se tratan los pasos que acomete la banda.
La celebración de este encuentro descarta que los coros, distribuidos por distritos y barrios de la capital y la Comunidad de Madrid, estén atomizados y no se coordinen entre sí.
Otra de las revelaciones inéditas conocidas a partir de la desarticulación, con 66 detenidos entre pandilleros, "mulas" y "hackers", del entramado de financiación de los DDP es la existencia de coros integrados exclusivamente por menores de edad.
Los integrantes de las bandas que aún no han cumplido los 18 años conforman ya en torno al 40 por ciento del total de miembros identificados por las fuerzas de seguridad españolas.
Son captados con apenas 12 o 13 años al llegar al instituto y, debido a la importancia de su papel en la organización, donde les incitan a cometer los principales delitos, ya conforman algunos coros dependientes de otros de "mayores".
EN UNA CALMA TENSA
Las bandas latinas se han cobrado cuatro vidas en lo que va de año en Madrid. Esto propició la puesta en marcha de un plan antibandas con más de 500 policías desplegados por las calles de la capital española, que ha aplacado su actividad.
Hasta la fecha se han producido decenas de miles de identificaciones, más de medio centenar de detenciones y un número ligeramente inferior de armas incautadas.
Las bandas han creado en las últimas semanas un clima de calma tensa, ya que durante el tiempo que no protagonizan graves delitos, la organización se refuerza mediante la búsqueda de nuevos avances a nivel de infraestructura o financiación, como el entramado que crearon los DDP con un grupo de "hackers".
UN FUTURO INCIERTO
La desarticulación de este aparato de financiación, que además conllevó la detención de 19 miembros probados de los Dominican Don't Play, entre ellos dos altos cargos del coro de Embajadores, deja a la banda ante un futuro incierto.
El dinero que llegaba a sus arcas, hasta ahora unos 150.000 euros, según calcula la Policía, iba destinado a la compra de armas, estupefacientes o al pago de costes relacionados con los procesos judiciales de miembros de la banda. Una vez eliminada esta fuente de financiación, los pandilleros deberán reinventarse para sufragar todos esos gastos. EFE
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