El judoca Saeid Mollaei, originario de Irán, se mide por fin al israelí Sagi Muki

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Tres años después de haber tenido que rechazar combatir contra el israelí Sagi Muki, el judoca Saeid Mollaei, exrepresentante de Irán y nacionalizado azerbaiyano, se midió por fin a ese rival, el sábado en el Grand Slam de Budapest.

Mollaei se impuso por inmovilización en la tercera ronda del torneo y ambos, que se han hecho amigos, se dieron un abrazo al término del combate.

En su cuenta de Instagram, Muki consideró que había sido "una victoria del deporte sobre la política" y celebró "la capacidad del deporte y de la amistad de superar todos los fosos".

"Gracias, hermano", le respondió Mollaei.

La historia entre ambos judocas se remonta a agosto de 2019, al Mundial de Tokio.

Saeid Mollaei, entonces campeón mundial en -81 kg, perdió sucesivamente en semifinales y luego en su combate por el tercer puesto. Quedó quinto.

Afirmó poco después que había sufrido presiones de las autoridades iraníes en ese sentido, para evitar enfrentarse con el israelí Sagi Muki en la final.

El israelí consiguió la medalla de oro y la Federación Iraní fue suspendida un mes después.

Mollaei tuvo entonces que exiliarse en Alemania y cambió de nacionalidad deportiva. Primero fue nacionalizado mongol y luego azerbaiyano.

En febrero de 2021 fue muy bien recibido en Israel para disputar allí una competición.

"Por primera vez en la historia de nuestro deporte, desde 1979, un hombre nacido en Irán y que defendió los colores de su país hasta proclamarse campeón del mundo, se midió a un israelí, también campeón mundial", declaró la Federación Internacional de Judo, que calificó el duelo de "combate por la libertad".

dif/agt/dr

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