SANTIAGO (AP) — Centenares de apicultores chilenos protestaron pacíficamente el miércoles en varios puntos de la principal carretera del país para exigir la promulgación de leyes que protejan al rubro y el apoyo del gobierno ante los grandes exportadores de fruta que, acusan, les pagan muy poco a cambio de que sus insectos polinicen sus frutales.
Los manifestantes, que portaban banderas y letreros, estacionaron decenas de camiones a la entrada de nueve grandes ciudades ubicadas a un costado de la Ruta 5 Sur, que atraviesa el país de norte a sur a lo largo de 3.300 kilómetros.
El apicultor José Maria Ramírez dijo a The Associated Press que protestan porque la apicultura “es un rubro que está abandonado... estamos exigiendo más dignidad, mayor apoyo, que se dicten leyes para protegerlo”.
Uno de sus colegas, Daniel Chamorro, explicó que buscan que “no muera este rubro, la mayor parte de los apicultores está sobre endeudado y lo que hoy se está pagando por las polinizaciones o por el precio de la miel, no es suficiente para mantener el rubro”.
“La apicultura es todo lo que comemos, todo lo que se ve en la mesa es gracias a la abeja”, dijo el apicultor Carlos Peralta sobre la polinización que realizan las abejas al volar entre las flores para alimentarse de su néctar y transportan el polen que las fecunda y les permite producir semillas y frutos. Agregó que un fundo de cerezos obtiene “80 millones de pesos por hectárea (unos 85.000 dólares) y al apicultor le pagan 150.000 pesos (160 dólares)”.
Los apicultores enfrentan a nivel global la disminución de colmenas, un fenómeno impulsado por el cambio climático, las malas prácticas de agricultores que usan pesticidas y fertilizantes que dañan a las abejas y por el mal manejo de los recursos hídricos, según estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En Chile el problema se agudiza por una sequía que se prolonga desde hace 13 años y ha mermado la producción de flores, el principal alimento de las abejas, lo que ha llevado a los apicultores a alimentarlas con agua con azúcar y “tortas nutritivas” que aportan energías a las abejas, pero no las proteínas que requieren.
Luego de un estudio en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, la FAO concluyó que el 75% de los cultivos agrícolas dependen de la polinización.
“No queremos plata (dinero) del gobierno, queremos leyes concretas, que el empresario agrícola las respete”, enfatizó Peralta en alusión al uso de agroquímicos y fertilizantes dañinos para los polinizadores. “Si el gobierno dice no podemos (ayudarlos), vamos al paro nacional de apicultores”, añadió.
En el Congreso desde hace ocho años hay un proyecto de ley para sancionar el uso de agroquímicos dañinos para la apicultura al que una comisión de legisladores le quitó un artículo relacionado con los pesticidas neonicotinoides, que afectan el sistema nervioso central de las abejas. “El proyecto como está no tiene fuerza para proteger a las abejas”, dijo hace un tiempo a la AP Pamela Valdés, que dirige una agrupación que reúne a grandes empresarios apícolas.
En Chile hay unos 8.700 apicultores registrados, según cifras oficiales, que manejan en torno a un millón de colmenas.
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El periodista de AP Mauricio Cuevas colaboró en esta nota.