Para mantenerse como un actor importante en el mundo del deporte después de la Copa del Mundo de fútbol, del 21 de noviembre al 18 de diciembre, Catar busca desarrollar el floreciente sector del eSports.
Doha ya se dotó en 2019 de un complejo dedicado, Virtuocity. Dejado en hibernación durante la pandemia, acogió su primer gran torneo en marzo: la prueba de apertura del Smash World Tour, campeonato internacional del videojuego de combate Super Smash Bros, con 5.000 riyales catarís (1.360 dólares) de premio.
Una federación de eSport fue creada a finales de 2021 y la disciplina ha sido incluida incluso en el curso de la International School of London como un medio para desarrollar algunas competencias entre los alumnos.
El desafío: hacer salir a los jugadores cataríes de sus casas. O mejor, de sus "majlis", grandes salones "suites" en las casas donde se reúnen los hombres en general, y lugar central de la sociabilidad en Catar.
"Nuestros 'majlis' están muy bien equipados, con (a veces) seis consolas en las que los amigos pueden jugar al mismo tiempo", explica Ibrahim Samha, encargado de proyectos eSports de Virtuocity. "Jugamos para divertirnos. Pero si queremos pasar al nivel superior, hace falta participar en torneos y es ahí donde nosotros entramos en acción".
- "Una cosa seria" -
Ahmed Al Meghessib, de 24 años, dio el paso en 2017 para representar a Catar en el juego de fútbol más popular, FIFA, y llevar al equipo nacional al décimo puesto del mundo en mayo de 2021.
"Al principio no había mucho interés en lo que hacía pero eso avanza", declara. "La gente comprende que los eSports son una cosa seria, una industria, que puede ser fuente de ingresos para el país".
Khalifa Al Haroon, alias "Mr. Q", es uno de los primeros aficionados de eSport en el rico país del gas, que quiere diversificar su economía de cara al año 2030.
Influencer y propietario de una tienda especializada en el mundo del 'gaming', Al Haroon patrocina creadores de contenido y torneos, y quiere "ver a Catar convertirse en el líder de los videojuegos en Oriente Medio y en el mundo".
Su programa: "hacer entender a la gente que esto no es solo un juego, crear más ligas locales, motivar a los estudios (de videojuegos) a instalarse en Catar para crear contenidos originales, trabajar con agencias para que vengan grandes torneos internacionales y mostrar a nuestras empresas que tienen que invertir".
"La base está aquí, ya la hemos constituido pero necesitamos el apoyo de las empresas para ir en la buena dirección", insiste Jack AlBlushi, pakistaní de 35 años nacido en Catar, que organiza torneos del juego para teléfonos y tablets PUBG.
- "Fuerte empujón" -
El operador telefónico Ooredoo se dejó convencer: a finales de mayo patrocinó un torneo de FIFA, con 25.000 dólares de premio, y lanzó un programa de detección de talento para constituir un equipo profesional.
Entre sus dos primeros fichajes, están Ahmed Al Meghessib en FIFA y Yousef Al Defaa en Fornite.
"¿Estamos lejos de nuestro objetivo?", se pregunta Khalifa Al Haroon. "No hace siquiera un año, no había nada. Catar no se detiene, avanza a 100 por hora".
Para el jugador mexicano Chag, primer vencedor de la primera prueba del Smash World Tour en Virtuocity en marzo y en el Top 5 mundial en su disciplina, "la escena catarí puede crecer mucho y es una buena base para que el mundo se gire hacia Catar".
Hay un "fuerte empujón de Catar y de Arabia Saudita", confirma a la AFP Nicolas Besombes, sociólogo de los eSports, hablando de un "fenómeno demasiado reciente que empezó un poco antes de la pandemia".
"Es un 'soft power' en bruto, como hicieron con el deporte para mejorar su imagen y atracción", analiza. "Oriente Medio es también un mundo en el que los eSports intentan seducir. Busca inversores allí donde haya dinero".
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