Fernández, "satisfecho" tras haber llevado "la voz de la periferia" al G7

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Elmau (Alemania), 27 jun. El presidente argentino, Alberto Fernández, se mostró hoy "satisfecho", por haber podido llevar "la voz de la periferia" ante la cumbre del G7, las siete potencias del mundo, pero a la vez "preocupado" ante la situación derivada de la guerra en Ucrania.

"Pudimos reclamarle al mundo del G7 que presten atención a la realidad de las periferias", afirmó en una comparecencia ante los medios el mandatario sudamericano, quien participó en las sesiones del llamado club de los poderosos junto a otros cuatro países invitados -India, Indonesia, Senegal y Sudáfrica-.

Fernández expresó, en su intervención ante los líderes del G7 -es decir, Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, país que ejerce la presidencia de turno del grupo- su convicción de que "lo prioritario es recuperar la paz".

Una de las consecuencias globales de esta guerra es que se desencadene "una hambruna sobre 300 millones de personas", dijo, en alusión al bloqueo a las exportaciones de grano de Ucrania y la amenaza de una crisis alimentaria global.

"Tenemos que ponernos todos a trabajar para que esto termine cuanto antes", insistió Fernández, para recordar el compromiso con la paz de Argentina.

El presidente argentino intervino como único representante de toda América Latina y el Caribe ante los líderes del G7, cuya cumbre arrancó el domingo en Elmau, el castillo y hotel de lujo situado en las montañas de Baviera, y que terminará mañana con una declaración final.

Argentina ratificó ahí su apuesta por una transición hacia una energía "limpia", acorde con los objetivos de la lucha contra la crisis climática y el desarrollo de las energías renovables, a través de la declaración suscrita por el G7 y los cinco países invitados.

En el comunicado, difundido por la presidencia de turno alemana, se expresa el compromiso con el objetivo de acelerar una transición hacia la neutralidad climática que sea "limpia y justa" y que garantice al mismo tiempo la seguridad energética.

El propio Scholz, quien se había reunido con Fernández en mayo, en la visita oficial del líder argentino a Berlín, señaló tras el encuentro la importancia de que dichos países se hayan sumado a la declaración del G7 y calificó de "muy constructivo el diálogo" mantenido con estos países.

La presidencia alemana del G7 tiene entre sus objetivos lanzar el llamado "Club del Clima", al que invita a participar tanto a las potencias industrializadas como a otros países, con el objetivo de avanzar en la lucha contra la crisis climática.

El texto relativo a la apuesta climática de las siete potencias y sus países invitados pone el acento en las "inmensas oportunidades" para el desarrollo económico y social, así como la creación de puestos de trabajo, que suponen las inversiones en infraestructuras sostenibles.

Los líderes del G7 señalan también su disposición a crear acuerdos de cooperación o iniciativas similares con países socios, siguiendo el modelo de los Acuerdos de Cooperación para la Transición Energética Justa (JETP por sus siglas en inglés).

Subrayan además su intención de avanzar en las negociaciones con Indonesia, India, Senegal y Vietnam para apoyar reformas de política energética y decarbonizar sus sistemas energéticos e indican que cooperarán con Argentina para llegar al cero en emisiones en 2050.

Esta declaración siguió a la sesión plenaria compartida entre los líderes del G7 y de los países invitados y también los jefes del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Fernández mantuvo además una serie de encuentros bilaterales, entre ellos con el Scholz, con el primer ministro indio, Narenda Modi, y el premier británico, Boris Johnson, entre otros.

La presencia en la cumbre de Elmau de los cinco países invitados era de gran relevancia para el anfitrión alemán, dado su papel en la búsqueda de alternativas energéticas y al desarrollo de las renovables.

En el caso de Indonesia, se da el caso de que ejerce la presidencia de turno del G20, grupo que integra a las grandes potencias industrializadas y a las emergentes, en lo que se incluye Rusia.

La guerra de Ucrania ha dominado las deliberaciones de la cumbre del G7, como lo hizo en el pasado Consejo Europeo -que reconoció a Ucrania el estatus de aspirante a ingresar en la UE- y como presumiblemente lo hará en la cumbre de la OTAN que se abrirá el miércoles en Madrid.

El propio Scholz admitió que no todos "comparten nuestra visión" acerca de Rusia. India, Senegal y Sudáfrica se abstuvieron en el voto condenatorio a la agresión rusa de la Asamblea General de la ONU, el pasado mayo, según destacaron estos días fuentes alemana.

"Precisamente por esas perspectivas desiguales, es importante que nos escuchemos los unos a los otros", afirmó el canciller alemán. EFE

gc-cph/mah

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