Cercos que flotan en la India. Extravagantes cintas transportadores impulsadas por el agua y energía solar en Baltimore. Drones acuáticos recargables y barreras de burbujas en Holanda.
Estos son un ejemplo de de las invenciones, algunas sofisticadas, otras no tanto, con las que se trata de atrapar el plástico que flota en ríos y arroyos antes de que contamine los océanos.
Son esfuerzos incipientes por contener los 8,8 millones de toneladas (ocho toneladas métricas) de plástico que se estima llega a los océanos todos los años. Una vez allí, dañan o matan plantas y animales marinos, incluidos ballenas, delfines y aves marinas, hasta que las corrientes marinas los amontonan en ciertos sectores.
Estas trampas ensayadas en ríos y otras vías acuáticas no evitarán la llegada de plásticos a los océanos, pero pueden ayudar a reducirla, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (conocida por sus siglas en inglés, NOAA) de Estados Unidos.
“Cuesta recoger esa basura en los océanos”, dijo la directora de NOAA Nancy Wallace. “Es preferible atraparla más cerca de las costas. Es menos costoso y se puede hacer antes de que lleguen a los océanos”.
La basura es llevada por el viento, las lluvias o arrojada a los ríos en todos lados. En los sitios donde no se recoge la basura, la gente la tira a los ríos y arrojos.
Un científico informó en el 2017 que los ríos pueden transportar de 450.000 a 4,4 millones de toneladas (410.000 a 4 millones de toneladas métricas) de plásticos por año a los mares. Posteriormente integró un grupo de estudio que redujo el estimado a 3 millones de toneladas.
“Si se compara con otros contaminantes... la información disponible sobre los plásticos es escasa”, expresó Christian Schmidt, del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental de Leipzig (Alemania), en un correo electrónico.
D.C. Sekhar, de Bengaluru (India) diseñó una trampa sencilla luego de retirarse de la marina mercante. Como capitán de un barco que transportaba petróleo, “viajé por todo el mundo y vi masas de agua muy limpias”, declaró. En la India, no obstante, abundaba la basura.
Sekhar, ahora director de la firma AlphaMers Ltd., instaló grandes barreras flotantes baratas en los ríos de ocho ciudades del sur de la India, desde Hyderabad hasta Tuticorin. Cada una es colocada en un ángulo que envía la basura a las riberas, de donde es cargada en camiones.
Ocho trampas en el río Cooum de Chennai, que costaron unos 120.000 dólares, atraparon 2.400 toneladas (2.200 toneladas métricas) de plásticos y 21.800 toneladas (19.800 toneladas métricas) de otros tipos de basura y plantas flotantes en el 2018, su primer año como director de AlphaMers.
El sistema más popular podría ser Trash Wheels, en las bocas de cuatro vías acuáticas de Baltimore.
“Tenemos 100.000 seguidores en las principales plataformas de redes sociales”, dijo Adam Lindquist, vicepresidente de programas e iniciativas ambientales de Waterfront Partnership of Baltimore, propietaria de tres de esos aparatos.
“Son un gran modelo de cómo involucrar al público en el tema”, dijo en abril MaryLee Haughwout, directora interina del Programa de Desechos Marítimos de la NOAA. El programa ayudó a pagar trampas instaladas en el río Anacostia (en las afueras de Washington) y el estuario del río Tijuana, en México y California.
Lindquist dijo que Trash Wheel alienta a la gente a que recicle o colabore con programas de limpieza y su campaña ayudó a convencer al Concejo Municipal de Baltimore de que prohíba los contenedores de espuma a partir de octubre del 2019.
Los aparatos emplean tecnología vieja y nueva para hacer funcionar unas especies de rastrillos y una cinta transportadora que traslada la basura flotante a contenedores instalados en barcazas. La corriente misma, llena de botellas y colillas de cigarrillos, impulsa una rueda hidráulica. Si no hay corriente, se emplea una bomba de agua alimentada con energía solar.
En forma combinada, Mr. Trash Wheel, Professor Trash Wheel, Captain Trash Wheel y Gwynnda the Good Wheel of the West, atraparon más de 2.000 toneladas (1.800 toneladas métricas) de basura, funcionando solo durante y después de tormentas, en que hay mayores concentraciones de basura.
Se está instalando un aparato parecido llamado Wanda Díaz en la ciudad de Panamá, por iniciativa de la organización sin fines de lucro La Marea Verde. Cuenta con un software de inteligencia artificial que analiza la basura que pasa por la cinta transportadora.
Boyan Slat, fundador de Ocean Cleanup, diseñó cintas transportadoras más grandes, alimentadas con energía solar. Actualmente ensaya esos “interceptadores” de basura de los ríos de 775.600 dólares.
En Holanda, una Barrera de Burbujas de Amsterdam bombea aire comprimido a través de un tubo perforado instalado en el río IJ en Westerdok, donde confluyen varios canales. El tubo lleva la basura a un aparato recolector rectangular cerca de la costa.
Haughwout, de la NOAA, dice que para reducir la cantidad de plástico que llega a los océanos serán necesarios cambios profundos, como producir y usar menos plásticos, alentar el reciclaje, volver a usar lo que se pueda y emplear cosas que se pueden volver a usar en lugar de las que son desechables.
“Hay que concientizar a la gente”, afirmó. “Sospecho que la gente no sabe cómo colaborar”.
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La videoperiodista Carrie Antlfinger colaboró en este despacho desde Milwaukee.
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