El Consejo de Estado de Francia vetó este martes en las piscinas públicas el burkini, una prenda utilizada por las mujeres musulmanas que cubre la cabeza y el cuerpo y cuyo uso genera polémica.
Este caso que agitó el debate sobre el islam en Francia comenzó a mediados de mayo cuando el consejo municipal de Grenoble (sureste) decidió relajar la normativa sobre la vestimenta permitida en las piscinas, aunque sin hacer mención directa al burkini.
El ministerio del Interior interpuso una querella por considerar que la medida atentaba contra los principios del laicismo.
Un tribunal administrativo de Grenoble dio razón al estado y la ciudad decidió apelar y el caso quedó en manos del Consejo de Estado.
Este martes la más alta jurisdicción administrativa, confirmó la decisión judicial del tribunal local de Grenoble al estimar que el nuevo reglamento de las piscinas constituye una "exención muy selectiva" para satisfacer una "reivindicación religiosa".
El ministro de Interior, Gerald Darmanin celebró en Twitter la decisión como "una victoria de la ley contra el separatismo y por el laicismo".
En 2016 el intento de algunos alcaldes del sur de Francia de prohibir el burkini en las playas del Mediterráneo generó la primera tormenta política en torno a la prenda que algunos consideran como un símbolo de la opresión de la mujer.
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