Tras el ataque de uno de sus templos en Afganistán, los sijs a punto de irse

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Sentados en un pequeño cuarto cerca de su devastado templo en Kabul, un grupo de sijs esperaba el lunes ser evacuados de Afganistán, resignados a dejar su país natal.

"No hay futuro para nosotros aquí. Perdí toda la esperanza", lamenta Ragbir Singh, herido el sábado por la mañana cuando un grupo de hombres armados atacó el templo. "Estamos amenazados en todos lados", dijo a AFP.

El ataque, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, dejó un muerto y siete heridos dentro de la comunidad sij.

Desde que los talibanes tomaron las riendas del poder en agosto, numerosos sijs se refugiaron con sus familias en el templo, en el oeste de la capital.

La comunidad religiosa fue objeto de varios ataques los últimos años. En marzo de 2020, un grupo atacó otro templo de Kabul, dejando al menos 25 muertos.

En junio de 2019, 19 personas, sijs en su mayoría, murieron en un atentado suicida en Jalalabad (este).

El Estado Islámico, que se atribuyó ambos ataques, ataca regularmente a las minorías religiosas del país, en particular a los chiítas y los sufíes.

Cerca de 200 sijs viven actualmente en Afganistán. En los años 1970, eran medio millón. La mayoría de los que se quedaron se desempeñan como comerciantes, especializados en la venta de plantas medicinales y productos electrónicos.

- Familia -

"Era el principal [templo sij] donde nos reuníamos todos en familia", lamenta Manmohan Singh Sethi, un septuagenario nacido en Afganistán.

Para él, el templo no solo era un lugar de rezo sino una casa para toda la comunidad sij.

Los atacantes dispararon primero la puerta principal del templo, matando a un guardia. A continuación, penetraron en el recinto disparando y lanzando granadas, según relataron testigos a AFP. Minutos más tarde, un coche bomba explotó en la calle.

Cuando empezó el ataque, algunos sijs pudieron escapar por una puerta y refugiarse en edificios vecinos.

El templo quedó totalmente destruido por los tiros y explosiones de granadas y por un incendio que se desencadenó después del atentado.

El ataque se produjo unos días después de la visita de una delegación india a Kabul para hablar de la posible reapertura de la embajada india en la capital afgana.

Según fuentes gubernamentales interrogadas por AFP en Nueva Delhi, las autoridades entregaron visas de urgencia a cientos de hindúes y sijs afganos. Pero según Manmohan Singh Sethi, ningún miembro de la comunidad en Kabul ha sido informado hasta ahora.

"Si todos nos reunimos para realizar rituales en un lugar en particular, podríamos ser atacados de nuevo", lamenta.

"Afganistán es mi patria y nunca quise irme (...) pero ahora me voy", deplora.

jd-abh-fox/epe/sag/mb

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