BRUSELAS (AP) — La Unión Europea emprende acciones legales contra Gran Bretaña en respuesta a la decisión unilateral de Londres de dejar sin efecto partes del acuerdo del Brexit firmado por ambas partes, anunciaron funcionarios el miércoles.
Pero la Comisión Europea, el brazo ejecutivo del bloque, insistió en que sigue abierta a encontrar una solución conjunta fuera de los tribunales.
La propuesta británica busca retirar los controles aduaneros sobre algunas de las mercancías que entran a Irlanda del Norte desde el resto del país, lo que anularía partes del acuerdo comercial firmado entre el primer ministro, Boris Johnson, y Bruselas hace menos de dos años.
La UE considera que la decisión unilateral de Gran Bretaña viola el derecho internacional y es inaceptable.
Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión, dijo en una conferencia de prensa en Bruselas que está dispuesto a seguir dialogando con Londres para dar seguridad a la población y a las empresas en Irlanda del Norte a largo plazo, pero insistió en que deben encontrar soluciones dentro del llamado Protocolo de Irlanda del Norte.
El protocolo forma parte del acuerdo del Brexit y mantiene al territorio británico dentro del mercado único comunitario.
Sefcovic no descartó que en el futuro puedan imponerse aranceles a los productos británicos si no logran resolver la disputa.
El bloque de 27 naciones reanudará el procedimiento de infracción iniciado contra el gobierno el año pasado luego de que Londres extendió, también de forma unilateral, un periodo de gracia que afectaba al comercio en la isla de Irlanda.
El procedimiento quedó suspendido en septiembre de 2021 mientras las partes trataban de encontrar una solución conjunta, pero la UE afirma que se ha visto obligada a reactivar la causa ante la imposibilidad de mantener conversaciones constructivas con sus homólogos británicos.
“Del gobierno británico solo hemos recibido nuevas demandas", indicó Sefcovic.
Además, Bruselas iniciará nuevas acciones contra Gran Bretaña al considerar que no ha realizado los controles necesarios en virtud de la normativa comunitaria, ni ha facilitado las estadísticas comerciales que exige el protocolo.
El gobierno británico señala que las medidas que propone aliviarán el impacto sobre las empresas al eliminar os controles y reducir el papeleo para los productos británicos cuyo último destino es la región. La mercancía que va a Irlanda o al mercado único, seguirá siendo controlada en los puertos norirlandeses.
Según funcionarios comunitarios, que no estaban autorizados a discutir el delicado asunto en público, en los puertos de Irlanda del Norte, el año pasado se incautaron productos electrónicos de alto valor, tabaco, medicamentos falsificados, smartphones y drogas ilegales que podrían haber entrado de contrabando en el mercado comunitario.
En la fase final de un procedimiento de infracción, que puede durar varios meses, la Comisión Europa puede remitir estos casos al máximo tribunal del bloque. El protocolo otorga al Tribunal de Justicia de la Unión Europea jurisdicción sobre cuestiones de derecho comunitario en Irlanda del Norte.
Pero Londres quiere que, en el futuro, la corte no tenga ningún poder de decisión en disputas relacionadas con el protocolo, lo que pone en duda que el tribunal pueda pronunciarse sobre la disputa.
“No respetar los fallos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sería apilar una violación del derecho internacional sobre otra", añadió Sefcovic, añadiendo que el bloque revisará las propuestas que realizó el pasado octubre para facilitar la circulación de mercancías reduciendo drásticamente la burocracia.
Irlanda del Norte es el único territorio británico que comparte frontera con un país de la UE, la República de Irlanda. Cuando Gran Bretaña abandonó el bloque y su mercado único, las dos partes acordaron mantener la frontera terrestre libre de puestos de aduanas y de otros controles porque su apertura es uno de los pilares claves de un proceso de paz que acabó con décadas de violencia en Irlanda del Norte.
En su lugar, para proteger el mercado único europeo, se realizan controles sobre algunos productos, como carne y huevos, cuando llegan a Irlanda del Norte procedentes del resto de Gran Bretaña.
Los unionistas británicos de Irlanda del Norte dicen que los nuevos controles suponen una carga para las empresas y han desgastado los lazos entre la región y el resto del país, lo que algunos consideran una amenaza para su identidad británica.
El gobierno conservador británico sostiene que el protocolo está socavando la paz en Irlanda del Norte, donde ha provocado una crisis política. La principal formación unionista de la región bloquea la formación de un nuevo gobierno de entendimiento en Belfast y señala que no entrará en el ejecutivo hasta que no se eliminen las normas comerciales del Brexit.