La documenta de Kassel es considerada una de las principales muestras de arte contemporáneo, y en la edición de este año tiene como punto central a los colectivos y los procesos creativos del arte. Esta idea es la guía del proyecto berlinés "citizenship" (un nombre que juega con las traducciones del inglés "ciudadanía" o "barco ciudadano"), en su camino hacia la ciudad alemana de Kassel a través de canales y ríos a numerosos lugares pequeños. Un tejado a dos aguas invertido es ya casi un barco. Y si bajo el techo, además, se desarrollaron proyectos culturales durante muchos años, la construcción y el espíritu están maduros para participar en la documenta de Kassel. Estos procesos de desarrollo en los colectivos de artistas serán el centro de atención durante la muestra de arte contemporáneo, líder a nivel internacional, que abrirá sus puertas del 18 de junio al 25 de septiembre. El proyecto "citizenship" del Centro de Arte y Urbanismo de Berlín lleva la idea durante un viaje de 55 días a bordo del techo invertido a través de ríos y canales con eventos culturales de un lugar a otro hasta Kassel. "La documenta toca temas que van más allá de las formas clásicas de arte", dice Matthias Einhoff a dpa durante un viaje de prueba del "citizenship" en Berlín. El artista de 50 años integra junto a Philip Horst (49) y Harry Sachs (47) el colectivo artístico KUNSTrePUBLIK, con quienes fundó hace diez años el Centro de Arte y Urbanismo. Los artistas berlineses colaboran desde hace tiempo con el colectivo de artistas indonesios Ruangrupa, curador de la documenta. Ruangrupa pidió a los colectivos invitados a la documenta que pensaran qué era lo que les estaba sobrando. La respuesta que llegó desde Berlín fue: "¡Tenemos un techo de más!". El techo del Centro de Arte y Urbanismo, ubicado en un antiguo depósito de una estación para trenes de carga, debía ser reemplazado en el marco de una ampliación prevista. Desde hace un un año y medio se desarrolló primero el concepto y luego la construcción del "citizenship". Hasta ahora, entre 300 y 400 personas han contribuido con la iniciativa. De los aproximadamente 220.000 euros (235.000 dólares) que cuesta el proyecto, 180.000 proceden del presupuesto de documenta. El "citizenship" está diseñado para ser sostenible, en el sentido que impulsa documenta. Los colectores solares alimentan el motor eléctrico. La tecnología fue instalada por Roland Gaber, del Instituto Fraunhofer de Economía Energética y Tecnología de Sistemas de Energía de Kassel, junto con tres expertos en electricidad de Volkswagen. La embarcación en forma de balsa también depende de la mecánica: en la cubierta de madera se han montado ocho bicicletas antiguas que impulsan una hélice. La demanda para esta asistencia más bien extenuante es alta. "Estamos al completo en las tres primeras semanas", informa Einhoff. Su mirada está pegada a la pantalla de velocidad de una aplicación. Las bicicletas logran alcanzar unos 1,6 kilómetros por hora durante la prueba. También reciben apoyo externo. Los clubes de remo a lo largo de la ruta quieren remolcar la nave construida como un trimarán. Durante la prueba, el dispositivo de remolque es probado con un bote cuatro scull del Club de Remo de Berlín. Incluso la combinación de motor eléctrico más bicicletas y remeros podría no ser suficiente en las partes de la ruta en que hay mucha corriente en las vías navegables. "Con una corriente en contra de diez kilómetros por hora estará difícil", calcula Einhoff. La palabra "Weser" se pronuncia con el debido respeto por ese río a bordo del "citizenship". Según el plan de ruta, se recorrerán entre 15 y 20 kilómetros diarios. La hélice de proa causa problemas. Durante la prueba, el accionamiento eléctrico se sale de su anclaje. Estas ayudas para realizar maniobras pueden ser importantes, especialmente en tramos de río estrechos o en canales. El "citizenship", con sus 18 toneladas, es bastante pesado. La nave de 16 metros de eslora se enmarca en la gama de embarcaciones de recreo, mientras que los seis metros y medio de manga (ancho) son "tamaño esclusa". La improvisación no funciona en las vías fluviables federales, las autopistas entre las vías navegables interiores de Alemania. Julia Blawert llevará el timón como capitana de la embarcación durante los diez primeros días del viaje. La mujer de 38 años aporta una experiencia relevante al proyecto artístico sobre el agua. En 2014, como directora artística, navegó durante siete meses en el "Cogo", desde Fráncfort, pasando por el Meno y el Danubio, hasta el mar Negro. En sus escalas en ciudades como Viena, Budapest o Belgrado y en paradas espontáneas, el barco de acero se convirtió en escenario y espacio de exposición de diversos proyectos culturales. Las hasta 13 personas a bordo del "citizenship" también dependen de la ayuda que recibirán desde las orillas a lo largo del camino para abastecerse. La predisposición para llevar adelante proyectos conjuntos y de brindar apoyo parece ser grande en las paradas del viaje. "Los alcaldes de los lugares a los que escribimos han respondido efusivamente", dice Einhoff. Además, 20 colectivos de artistas se han preparado para los encuentros culturales en las 55 paradas programadas. Estos se unirán al "citizenship", encontrarán a personas interesadas y a grupos artísticos locales. "De los encuentros de nuestra burbuja y de las burbujas locales surge algo nuevo que hará avanzar al barco", anticipa Einhoff. Esto implicará, por ejemplo, música con instrumentos de fabricación propia, hechos con material que vayan encontrado a lo largo del viaje. El proyecto artístico transmitirá por streaming durante su recorrido. El "citizenship" llegará a Kassel, ubicada en el centro de Alemania, hacia la mitad de la documenta. Allí, los visitantes podrán hacer un viaje por el río Fulda para ver los resultados del debate artístico y participar en nuevos proyectos. dpa