SANTIAGO (AP) — Carlos Cisternas, un retirado reportero y editor de The Associated Press que cubrió parte de la dictadura de Augusto Pinochet en su natal Chile, falleció el miércoles, informó su hija Lenka. Tenía 79 años.
Cisternas falleció en horas de la madrugada en una clínica en la ciudad chilena de Viña del Mar a raíz de una hipoxia que le sobrevino tras complicaciones de una infección hospitalaria y un paro cardíaco que sufrió durante su prolongada reclusión médica, dijo su hija a la AP vía telefónica.
Cisternas, que además de periodista fue dibujante y caricaturista, arrancó su carrera en AP como reportero y administrativo de la oficina de Quito y luego se convirtió en editor. Ya con esa posición regresó a su país y se jubiló en 2017.
Él se inició como reportero radial en 1967, luego trabajó en el periódico Las Noticias de Última Hora hasta el golpe militar de Pinochet en septiembre de 1973, cuando quedó desempleado. A finales del mismo año ingresó a la oficina de la AP de Santiago, donde permaneció hasta 1987, cuando fue designado a la oficina en la capital ecuatoriana.
“Sin duda, los años más movidos de su trabajo fueron durante Pinochet y las masivas violaciones de los derechos humanos que debió cubrir, en las calles generalmente”, refirió el periodista chileno retirado Eduardo Gallardo, quien dirigió el servicio latinoamericano de la AP entre 1983 y 1985.
Dijo que Cisternas estuvo detenido en una ocasión brevemente junto a un fotógrafo de la agencia mientras cubrían la llegada a Chile de un personaje extranjero que Pinochet consideraba hostil a su gobierno. Agregó que también estuvo arrestado por un instante años después en La Paz, Bolivia, cuando cubría una conferencia de la Organización de Estados Americanos, en medio de la cual un general derrocó al gobierno y lanzó una ola de represión en la nación andina.
Desde muy joven, Cisternas también fue caricaturista y dibujante y llegó a tener una tira política en el periódico Última Hora —“El Reportero Homero”— que firmaba como “Cixter”. También colaboró con revistas nacionales y extranjeras.
Como corresponsal en Quito, desde donde tenía que reportar a la oficina de la AP en Lima, cubrió crisis políticas en Ecuador, como la salida al exilio del líder Abdalá Bucaram. También formó parte de los periodistas que viajaron a la capital peruana para cubrir la toma de la embajada de Japón a fines de los 90 por guerrilleros del llamado Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), entre otras asignaciones.
Gonzalo Solano, el actual corresponsal de la AP en Ecuador, llegó a la agencia contratado por Cisternas. “Fue un jefe firme y muy cuidadoso en el manejo de la información", dijo Solano. "Respiraba y vivía el periodismo”, resaltó Solano.
A Cisternas también le sobreviven dos hijos, Lenka y Felipe.