Madrid, 15 jun. La escritora mexicana Rosa Beltrán aseguró este miércoles que el tema de la violencia en América Latina “no deja de aparecer”, especialmente en la literatura escrita por mujeres, donde se trata desde la “violencia en general hasta la violencia de Estado o la violencia contra las mujeres”.
“Esto ha cambiado el vocabulario también. Hay distintas formas para nombrar esto (la violencia machista) como el término `levantadas´, que es algo que no escuchábamos, o el `terrorismo doméstico´ en lugar de `violencia doméstica´”, reflexionó la autora durante la mesa redonda “Narrativa en español, estado de la cuestión”, en la Casa de México de Madrid, con motivo del Primer Encuentro de las Letras Iberoamericanas.
Al mismo tiempo, y en relación con el uso del lenguaje inclusivo, la mexicana adelantó que “pronto vamos a ver una utilización del lenguaje que quiera nombrar de otra manera” porque, según ella, “la lengua es un ente vivo que va para donde quiere”.
La también autora mexicana Cristina Rivera Garza recordó que “la cuestión de género era algo que simplemente no se mezclaba con lo literario” porque quien lo hacía “era acusado de estar empobreciendo la discusión literaria”.
También destacó que una de las grandes diferencias con respecto a la literatura de hace veinte años son los “cambios temáticos que dan indicación de las preocupaciones centrales de entonces y ahora” y agregó que “uno de los elementos que abraza hoy la escritura es el activismo”.
Sobre la pertinencia de los géneros literarios, la autora Brenda Navarro señaló que existe un “sobreetiquetado" que, si bien ayuda a orientar, hace que los autores corran el riesgo de perder lectores por un “prejuicio” sobre ellos.
“Me parece que las narrativas están transgenerando cosas y transgrediendo estos límites (de los géneros literarios)”, agregó, a la par que reivindicó la importancia de romper las etiquetas que pesan sobre las escritoras latinoamericanas en España como “feministas, medioambientales o salvajes” porque también “son más cosas”.
Respecto al sistema de distribución de obras, Navarro planteó la posibilidad de que los autores puedan llegar a acuerdos con varias editoriales del mundo, en lugar de tener que vender a una sola los “derechos mundiales universales”, lo que dificulta la circulación en otras partes.
“Ahí el gran tema es económico y tenemos que discutirlo con las editoriales porque no puede ser que siendo un mercado tan potente, sigamos siempre a las decisiones de lo que sucede generalmente en España”, concluyó. EFE
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