Baz Luhrmann charla sobre su trágico y deslumbrante “Elvis”

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CANNES, France (AP) — Un día antes de estrenar su película “Elvis” en Cannes, el director Baz Luhrmann, uno de los cineastas celebrados en el festival, estaba listo para montar todo un espectáculo.

“He estado listo para montar un espectáculo desde que nací”, dijo Luhrmann en un hotel con vista al bulevar de la Croisette en Cannes.

La primera vez que Luhrmann llegó a Cannes fue hace 30 años con su película debut “Strictly Ballroom” (“El amor está en el aire”), que, recuerda, en un principio tuvo problemas para generar ruido. Ese definitivamente no fue el caso de “Elvis”, una obra con tintes operísticos sobre una leyenda musical inmortal que en su estreno reciente en Cannes recibió, según reportes, una ovación de 12 minutos.

Contada con la característica libertad de Luhrmann, “Elvis”, que Warner Bros. estrenará en cines el 24 de junio, es un retrato que abarca casi toda la vida de Presley (interpretado por Austin Butler) como la narra su mánager, Tom Parker (Tom Hanks), quien ayudó a que Presley fuera una superestrella, pero también lo manipulaba y controlaba.

Para un ícono que ha sido convertido en mito y al que se apoda “Rey del Rock ‘n’ Roll”, incluyendo lo exagerado y su apropiación cultural, el “Elvis” de Luhrmann busca revivir el poder de Presley como una fuerza artística radical creada del blues y el gospel negros y quien representaba de manera inusual una amenaza para la cultura dominante estadounidense.

“Todos tienen su Elvis”, dijo Luhrmann.

Y está claro que el “Elvis” de Luhrmann, cuya producción se detuvo cuando Hanks dio positivo a COVID-19 al comienzo de la pandemia, es una especie de piedra angular para el cineasta australiano de 59 años sobre la naturaleza del espectáculo y de atreverse a ser diferente.

“No sé si voy a hacer otra película. Quizá haré cien”, dijo Luhrmann. “Pero de alguna manera en ‘Elvis’ casi a cada paso en este viaje ha habido algo inusual, alguna memoria única. Quizá habrá otra película que haya sido una travesía tan extraordinaria como ésta, pero lo dudo”.

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AP: ¿Su visión sobre “Elvis” siempre fue algo diferente a un retrato biográfico convencional?

LUHRMANN: Nunca busqué hacer una película biográfica. Yo buscaba algo como lo que hace Shakespeare, él toma a una figura histórica y explora una gran idea. Soy un enorme fan de “Amadeus”, que realmente no se trata de Mozart. Se trata de los celos. Pensé: “Cielos, Elvis es algo así para nosotros”. Si te gusta la música o no, él está a la mitad del camino entre los años 50, 60 y 70. Estaba buscando esta idea de arte versus comercio.

AP: Enmarcó la vida de Presley entre batallas culturales. La historia estadounidense y la libertad opuestos a los poderes de la represión. ¿Considera que esta película se trata al final de cuentas de Estados Unidos?

LUHRMANN: Se trata absolutamente de Estados Unidos. Lo bueno, lo malo y lo feo. Creo que esas dos grandes fuerzas, una es la nueva, representada por Elvis, quien creció en una de las pocas casas blancas en una comunidad negra. Él es uno de los pocos rostros blancos en Club Handy en Beale Street, el lugar donde nació el blues y eventualmente el rock ‘n’ roll. Como Eminem. Él sintetiza eso con música country, con el gospel blanco y lo convierte en su propio sonido. No inventó el rock ‘n’ roll. Pero lo que es intrigante es que él es el nuevo.

AP: Parte de la forma en la que usted representa eso es con su maquillaje y con el estilo personal de Elvis que podía acercarse a lo femenino. ¿Cómo se relaciona esto con la forma en la que usted veía a Presley?

LUHRMANN: En otra época se le habría llamado dandy. Digo, Mick Jagger diría (imita a Jagger): “Yo lo hice con mucho más maquillaje”. Harry Styles es un gran ejemplo ahora. Harry puede tener barniz en las uñas y una estola de plumas. Al comienzo, Elvis estaba llevando a un público muy conservador y blanco la idea. Era extremadamente masculino, pero usaba una camiseta tejida sin mangas y llevaba el cabello largo, lo que era considerado afeminado. Delineador en los ojos, a veces usaba base porque tuvo acné al comienzo. Pero había algo valiente. Simplemente sintetizaba cosas y tenía su propio estilo. No tener miedo a poder ser una mezcla de pantalón masculino con una camiseta femenina. La mezcla le permitió, creo, estar más allá de lo clásicamente atractivo. Había una apertura para todos. Creo que esa apertura como persona y como alma era parte de su inmenso efecto.

AP: Presley murió a los 42 años, nunca salió de gira fuera de Estados Unidos y, como lo muestra su película, estaba de alguna manera aprisionado presentándose en vivo en Las Vegas al final de su vida. ¿Es “Elvis” como su “Romeo + Juliet” (“Romeo y Julieta) una tragedia?

LUHRMANN: Siempre que siguiera avanzando y explorando él estaba vivo. Siempre que tomara cosas nuevas, estaba vivo. Cuando estaba en el escenario con el público, él estaba en el momento. Pero cuando no pudo tener más la oportunidad de explorar, esto se revirtió. La tragedia era estar cautivo en un casino por alguien que necesitaba mantenerlo ahí por sus propios motivos personales. Ese es el comienzo de la corrupción de su espíritu. Conocí a Michael Jackson. Trabajé dos veces con Prince. Tengo una admiración increíble por ellos. Estar cerca de ellos era mágico. Los dos y Elvis realmente creían que eran antidrogas. Y puedes decir que estos tres íconos estaban teniendo problemas con su medicación. Citando a Elvis, es muy difícil vivir para mantener una imagen.

AP: Usted parece muy poco restringido como artista. En su esencia, “Elvis” es la lucha de un artista para expresarse completamente sin un control impuesto sobre él. ¿Siente alguna conexión personal con esto?

LUHRMANN: Sí. Simplemente me pareció que él era el más grande lienzo sobre el cual explorar estos grandes temas en Estados Unidos. Sí, espectáculo y negocio. El negocio y el espectáculo. No fue hasta hace poco que me di cuenta de que él era de un pequeño pueblito rural. Yo también. Él siempre estaba en la búsqueda y yo también. Incluso yo reconozco, a mi edad avanzada, que tengo una libertad excepcional. No hago trabajos, simplemente pienso sobre lo que quiero hacer. Suena arrogante. Generalmente la gente dice “¿Baile de salón? Debes estar bromeando”, “¿Shakespeare?, ¿estás loco?”. Pero yo no pienso en eso. Mi trabajo generalmente es tomar las cosas que son consideradas aburridas o pasadas de moda o sin importancia y quitarles el óxido. Y reconfigurarlas. No cambiarlas, sólo traducirlas para que su valor vuelva a estar presente.

AP: Y le gusta hacerlo a lo grande en un gran lienzo. Dudo que se hubiera imaginado estrenar a “Elvis” en un servicio de streaming.

LUHRMANN: Tuve que responder una pregunta el otro día de si creo que el cine está muerto. ¡No! Llegó la televisión y todos pensaban que el cine estaba muerto. Mira, queremos entrar en una sala oscura con desconocidos y por unos pocos momentos sentir que estamos unidos. Me encantan las películas de superhéroes. Me pareció que “The Batman” fue absolutamente brillante. Pero el hombre no puede vivir sólo de Batman. Tener una película que no es una franquicia y que motiva al público a ir al cine. No sé si soy un hombre espectáculo, pero definitivamente soy un narrador cinematográfico. Y cinematográfico significa cine.

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Jake Coyle está en Twitter como http://twitter.com/jakecoyleAP

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