El argentino Diego Schwartzman (N.16) no pudo hacer nada para evitar la derrota ante el serbio Novak Djokovic (6-1, 6-3 y 6-3), el número uno mundial, que se clasifica a cuartos de final de Roland Garros, donde no habrá presencia de tenistas sudamericanos.
En cuartos se dará el partido que todos los aficionados al tenis esperaban desde que se conoció el sorteo: Djokovic-Rafael Nadal.
Preciso en el saque (73% de puntos ganados con el primer servicio), demoledor al resto (más de la mitad de los puntos ganados), Djokovic jugó un partido muy sólido ante uno de los rivales más peligrosos del circuito en tierra, al que solo le concedió siete juegos en dos horas y cuarto, el tiempo que necesitó para clasificarse por 13ª vez consecutiva para los cuartos de final en París.
"No encontré en casi ningún momento del partido la intensidad que hubiese necesitado para ponerle en aprietos o hacerle un partido más largo", admitió el 'Peque'.
"Él fue de menor a mayor, encontrando cada vez más su tenis, cometiendo pocos errores y cada vez que tuvo la oportunidad para dominar estuvo muy fino (...) Jugó muy bien cuando le di chances en el 'score' y yo no estaba con la chispa para salir de esos momentos", añadió el argentino.
Djokovic, por su parte, se mostó muy satisfecho, no solo con su partido, sino con su torneo: "Estoy contento de la manera cómo me estoy encontrando, de cómo estoy golpeando a la pelota, concentrado en lo que tengo que hacer".
El N.1 quiso imponer su ley desde el principio, ganando fácilmente su servicio (salvo en el tercer juego, en el que Schwartzman desaprovechó dos bolas de 'break') y metiendo mucha presión cuando restaba.
Consciente de que debía arriesgar con su servicio para tratar de imponer su juego, Schwarzman cometió cinco dobles faltas en el primer set y se vio superado por el resto del serbio, (14 puntos ganados de 25) y además cometió muchos errores no forzados (18) como para plantar cara al N.1 en esa manga inicial (6-1).
- 45 errores no forzados -
Animado por los gritos de "Diego, Diego" de los espectadores que llenaban la Suzanne Lenglen y aprovechando que Djokovic comenzó a fallar algunos golpes claros, el argentino logró al fin el quiebre en la cuarta ocasión que tuvo y luego confirmó con su servicio para colocarse 0-3 en el segundo set.
Pero ahí apareció el mejor Djokovic, para devolver el quiebre en el quinto, salvar tres bolas de 'break' en el sexto y volver a hacer el 'break' en el séptimo, además con juego en blanco, para tomar la iniciativa en un set que, pese a la resistencia del argentino, ya no se le escapó (6-3).
Tras perder tres veces seguidas su servicio en el segundo set, Schwartzman volvió a recuperar la solidez con su saque en el inicio del tercer parcial, pero seguía cometiendo demasiados errores como para amenazar al serbio. Y cuando el argentino consiguió hacerse con un 'break point' (con 2-2), mandó la bola al pasillo de dobles (uno de sus 45 errores no forzados, por 31 del rival) y dejó escapar una nueva oportunidad.
Y ante el N.1 y uno de los mejores tenistas de la historia no se puede perdonar, porque Djokovic sí aprovechó su bola de 'break' en el sexto juego para poner el broche definitivo al partido, ganando la última manga por 6-3.
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